El Prozac y el Seroxat son dos de los fármacos más populares en el mundo, pero su eficacia está ahora en tela de juicio. Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Hull (Reino Unido) sugiere que la nueva generación de antidepresivos no benefician a la mayoría de los pacientes que los consumen. Al parecer, este tipo de medicación, que controla los niveles de serotonina en el cerebro, solo ayudaría en los casos de depresión más graves.

Expertos del Reino Unido y Canadá han examinado casi medio centenar de pruebas clínicas, así como algunos datos inéditos que los laboratorios no habían hecho públicos hasta ahora y que finalmente tuvieron que desvelar forzosamente, al ser invocada la legislación británica sobre libertad de información. Además, los investigadores examinaron otros dos fármacos, Effexor y Serzone. Y la conclusión es "que parecen existir pocas razones para recetar antidepresivos excepto a los pacientes con depresiones más graves", según el profesor Irving Kirsch, particícipe en el estudio.

El efecto de la medicación en quienes sufran depresiones más ligeras es prácticamente nulo y similar a la de un placebo. La investigación sugiere que el impacto de estos fármacos podría ser psicológico, al hacer que se sientan mejor quienes los toma por el hecho de creer en ellos.