El Beagle 2 podría haber caído en un cráter de un kilómetro de diámetro y varios cientos de metros de profundidad en la esplanada de Isidis, en Marte. Eso explicaría los problemas para establecer contacto, según dijeron ayer los científicos británicos que crearon el pequeño robot incorporado a última hora a la misión de la nave Mars Express.

Los padres del robot creen poco probable que haya caído en el agujero, pero por ahora es la única explicación que se atreven a dar. "Sería una cuestión de mala suerte", señaló el científico Colin Pillinger, teniendo en cuenta, agregó, que el cráter viene a ser un punto diminuto en medio de la gran esplanada de Isidis --de unos 70 kilómetros de largo por 10 de ancho--, adonde fue dirigido el Beagle 2 .

De confirmarse esta teoría, la Agencia Espacial Europea (AEE), responsable de la misión, renunciaría a cualquier posibilidad de comunicarse con el robot, ya que seguramente habría resultado dañado. "Lo último que buscábamos era rebotar contra pendientes rocosas".

La AEE hizo ayer un nuevo intento, el séptimo, para ponerse en contacto con el Beagle 2 a través de la nave Mars Odyssey, pero no dio resultado. Los responsables de la misión no pierden la esperanza y señalan que nunca se hicieron pruebas de comunicación entre el robot y la sonda estadounidense, como sí se hizo con la nave europea.