El número de muertos a causa del terremoto de 7,2 grados de magnitud que el domingo pasado asoló el este de Turquía es ya de 575 personas, mientras otras 2.608 han sido hospitalizadas con heridas, informó ayer la Agencia de Gestión de Desastres y Situaciones de Emergencia (AFAD) del Gobierno turco.

Uno de los últimos fallecimientos registrados es el del padre de Azra, la 'bebé-milagro' de poco más de dos semanas de vida que el martes fue rescatada sana y salva tras haber pasado cerca de 48 horas bajo los escombros.

Los equipos de rescate extrajeron ayer el cadáver de Sinan Karaduman, de 34 años, de entre las ruinas del mismo edificio donde se halló a su pequeña hija, su mujer y su madre, quienes, por otro lado, permanecen ingresadas en un hospital de Ankara y, según informaron los doctores, están bien de salud.

Los últimos rescates producidos tuvieron lugar durante la pasada noche: un joven de 18 años, que había pasado 102 horas bajo los escombros, y un adolescente de 13, que soportó 108 horas.

Ambos fueron ingresados en el mismo hospital y se hallan en buen estado. "Siempre confié en que me salvarían. Durante días estuve bebiendo agua de lluvia", dijo el primero a los medios turcos. Por otro lado, la Afad explicó que, tras examinar unos 10.000 edificios, ha decretado que 5.739 se encuentran en estado inhabitable debido a los daños sufridos.

Mientras tanto, los supervivientes se enfrentan al intenso frío que azota la provincia de Van. Algunos damnificados se han quejado a la prensa turca de que tiendas de campaña robadas en el asalto de varios camiones de ayuda son vendidas por 200 liras (80 euros) y que la tela para improvisar refugios era vendida hace unos días por 4 liras el metro, mientras que ahora su precio se ha triplicado.

Nihayet Araz, una mujer de 55 años, explicó en declaraciones a la agencia pro-kurda Firat que la gente ahora no necesita pan, sino tiendas de campaña. "No hemos muerto por el terremoto, pero moriremos a causa del frío", se lamentó.

España envió ayer un avión con 16,6 toneladas de material de cobijo para la población afectada por el terremoto. El envío lo forman 329 tiendas familiares preparadas para el invierno, que podrán alojar aproximadamente a 1.700 personas.