La Guardia Civil detuvo ayer en una zona boscosa de Maspujols (Tarragona) a cinco personas de nacionalidad rumana como presuntos autores de, al menos, un centenar de robos con fuerza cometidos en domicilios y empresas, sobre todo de Tarragona, pero también de Lleida y Girona.

Entre otros, se les imputan los robos silenciosos a viviendas, comercios y empresas cometidos en los últimos tres meses en las comarcas del Baix Camp y el Priorat (Tarragona) y de les Garrigues (Lleida), aunque se descarta que estén implicados en robos violentos a casas, según Laureano Ceña, teniente coronel de la Guardia Civil.

También serían los responsables de delitos cometidos en entidades bancarias, de donde, supuestamente, arrancaban los cajeros automáticos, que después reventaban a golpes para sustraer el dinero de su interior, así como de numerosos robos de vehículos, diez de los cuales han sido recuperados.

La operación, en la que han participado sesenta agentes de la Guardia Civil, algunos de ellos de cuerpos de elite, un helicóptero y vehículos camuflados, comenzó hace tres meses y culminó ayer con la detención de los cinco sospechosos, que iban indocumentados pero que son de nacionalidad rumana.

NUMEROSOS OBJETOS La Guardia Civil ha intervenido numerosos objetos almacenados en dos zulos, situados en la parte inferior de una construcción ferroviaria y de una carretera, entre las localidades de L´Aleixar, Maspujols y Les Borges del Camp, efectos procedentes, al parecer, de estos robos con fuerza.

Entre los objetos recuperados, que estaban embalados y preparados para su posible envío a Rumanía en coches que venían a España para recoger el género, hay numerosas herramientas, que podrían proceder de las empresas saqueadas, así como material informático, aparatos audiovisuales y armas (una escopeta, dos carabinas y un rifle).

Los detenidos tienen conocimientos militares y vivían en tiendas de campaña en la montaña como "auténticos guerrilleros", en una zona boscosa de muy difícil acceso situada a unos 500 metros de los lugares donde depositaban los botines de los robos.

LOCALIZACION Para impedir su localización, los detenidos interceptaban las posibles veredas con vallas artificiales hechas de arbustos y ocultaban los vehículos, aparcados lejos de su campamento, con ramas, explicó Laureano Ceña, que subrayó que nunca se movían de día y, por las noches, lo hacían solos o en pareja y en distintos coches.