El Centro Médico de la Universidad de Maryland realizó, hace 10 días, una novedosa intervención quirúrgica consistente en un autotrasplante de corazón, en el que, por primera vez, se sustituyeron dos de las válvulas de la paciente. Los doctores James Gammie y Bartley Griffith hicieron, en palabras del primero, "un trabajo de fontanería".

La paciente es Sandra Lanier, una mujer de 46 años y madre de dos hijos que sufre un extraño mal hereditario, llamado complejo de Carney. Este mal le provocaba la aparición en la aurícula izquierda de unos tumores benignos que pueden obstruir el flujo sanguíneo. En una operación a corazón abierto en 1997 le quitaron, por primera vez, los tumores, pero volvieron a aparecer en 1999 y en el 2001. Cuando aparecieron por cuarta vez, Lanier optó por el autotrasplante.

CINCO HORAS SIN EL ORGANO

Lanier estuvo conectada a una máquina cardíaca y pulmonar mientras los médicos trabajaban, durante cinco horas, en su cuerpo y en su corazón, que extrajeron por completo y colocaron en un recipiente enfriado con hielo.

En ese tiempo, el doctor Griffith sustituyó las dos aurículas por otras construidas con tejidos de corazón de vaca tratados químicamente. También utilizó tejidos de aorta de un donante para crear conexiones entre las aurículas, los ventrículos y el resto del sistema sanguíneo. El doctor James Gammie, mientras, preparaba el cuerpo de la paciente para la recepción de su propio corazón.