El exconsejero madrileño de Sanidad Juan José Güemes cedió ayer ante el alud de críticas que había desatado su pertenencia a la empresa que lleva a cabo el servicio de análisis clínicos de seis hospitales que fue privatizado durante su gestión, y dejó su cargo en el consejo de administración de Unilabs. Según su versión, se va para evitar que se le atribuyan "intereses espúrios", que rechaza absolutamente, aunque la Comunidad de Madrid recibió la renuncia con un suspiro de alivio.

Su vinculación era un aval para los detractores de los planes privatizadores del Ejecutivo regional que atribuyen su intención última a "dar negocio a los amigos". El exconsejero alegó ayer que con su participación en Unilabs había obrado "no solo respetando la legalidad vigente" sino desde "el punto de vista ético y también, como dicen algunos, estético". También auguró que tardará mucho en volver a vincularse a una empresa del ámbito sanitario. "Me importa más mi libertad de opinión que un cargo en un consejo de administración", proclamó.

La oposición, con el líder del PSM, Tomás Gómez, a la cabeza, celebró la dimisión como una victoria de la "transparencia" y la "ética" que "no se hubiera producido sin las protestas", mientras el presidente regional, Ignacio González, la calificó de "razonable".

Mientras tanto, los recortes sanitarios sublevaron ayer a los municios de Castilla-La Mancha afectados por el cierre de 21 de urgencias locales que daban servicio a 100.000 habitantes.