TLtos dinosaurios son pasado para casi todo el mundo, excepto para Monterroso que despertaba y continuaba viéndolo. Hablamos de ellos como de seres fosilizados que tuvieron su porqué de existir en otras eras mas lo perdieron hace millones de años. Los paleontólogos se alegran cuando aparece uno y le ponen nombre, como a este de Cuenca que es un cocavenator pero le llaman Pepito. También los citamos en plan satírico, al estilo de Augusto, para que alguien está muy pero que muy viejo y achacoso, fuera de contexto o totalmente obsoleto. En realidad, usar a los dinosaurios para la sátira es algo solo al alcance de unos cuantos elegidos, los ingeniosos de turno. Así deben de creerse nuestros sindicalistas, que derrochan ingenio y simpatía por todos los rincones del youtube, presentando la invitación al huelgón y a la putada general de forma satírica e ingeniosa, al decir de uno de sus jefes. Van ya por el segundo de los diez capítulos de la sátira que han titulado las mentiras de la crisis . Si lo ves no sabes a qué mentiras se refieren aunque un texto las enumera al final de cada uno. No lo sabes porque en el visionado asistes a un espectáculo de despropósitos y solo te fijas en lo horroroso de los actores, de los diálogos, de las situaciones. Como llevas un año en paro y a tu cónyuge le han recortado el sueldo y disminuido las prestaciones, habías buscado con interés los mensajes sindicales. Pensabas secundar la putada general, pero la sátira te ha quitado las ganas de huelgón. Tal vez no eres un tipo dotado para la sátira y por eso no entiendes el mensaje. O, quizás, eres paleontólogo y prefieres rebautizar a los fósiles: ¿qué tal Cándido Cocavenator Corcovatus?