Cabo Cañaveral El cohete Falcon 9, de la empresa estadounidense SpaceX, se elevó ayer sin problemas desde una base aérea en California y luego lanzó con éxito el satélite Jason 3, un ingenio europeo-estadounidense dedicado a la observación oceanográfica. Pero explotó estrepitosamente cuando intentaba aterrizar de forma controlada sobre una plataforma móvil situada sobre el océano Pacífico. "La primera etapa del cohete llegó hasta la barcaza pero el aterrizaje fue brutal", señaló la empresa. Al parecer, al tocar la plataforma se rompió una de las sujeciones en las patas que debían mantenerlo erguido y ello provocó que volcase y explotara. El millonario Elon Musk, propietario de SpaceX, apunta a que el fallo pudo deberse a "la acumulación de hielo, por la condensación de la niebla en el despegue del coheteO desde la base de la Fuerza Aérea en Vandenberg (California). El 22 de diciembre, la empresa de Musk había conseguido hacer aterrizar el Falcon 9 cerca de Cabo Cañaveral (Florida) tras colocar 11 satélites en órbita. Sin embargo, el éxito en una plataforma marina se resiste después de tres intentos fallidos. Recuperar la primera etapa o fase del cohete es considerado por SpaceX como fundamental, pues permitirá ahorrar dinero, ya que actualmente los componentes de estos aparatos cuestan millones de dólares y suelen terminar como desechos en el mar después de cada lanzamiento.