El Gobierno lleva varios años anunciando que aprobará medidas fiscales de estímulo a la compra de los vehículos menos contaminantes, pero todas las propuestas realizadas por el Ministerio de Medio Ambiente se han estrellado hasta ahora contra las resistencias de Hacienda. El resultado de este bloqueo lo tradujo ayer en cifras un estudio europeo presentado por RACC. Solo uno de cada cuatro vehículos matriculados a lo largo del último año sacan buena nota en contaminación ambiental. Incluso uno de los cinco coches que encabezan la clasificación verde ni siquiera se vende en España.

El estudio EcoTest, elaborado desde el 2003 por la Federación Internacional del Automóvil (FIA), de la que forma parte el RACC, examina casi 200 marcas vendidas en Europa y las clasifica con entre una y cinco estrellas en función de la emisión de gases contaminantes. Incluye tanto los gases de efecto invernadero como las partículas que perturban el medioambiente urbano. Una de las conclusiones es que solo el 27% de los coches matriculados en España obtienen una buena calificación (cuatro estrellas). El grueso de los nuevos vehículos (el 71%) reciben una nota promedio (tres), mientras que el 2% restante suspende sin paliativos (dos).

Estas bajas puntuaciones colocan a España en la mitad inferior de la tabla europea, que está encabezada por Italia, Alemania, Holanda y Suecia, donde sí existen estímulos fiscales. En cuanto a las marcas menos contaminantes, Toyota (78%) y Mercedes-Benz (72%) son las que mayor porcentaje de vehículos de cuatro estrellas colocan en el mercado español, mientras que las peores son Hyundai (25% de dos estrellas) y KIA (17%). De los 200 modelos analizados, el que recibe mayor puntuación es el Toyota Prius, un híbrido, seguido del Volvo Bifuel (utiliza gas natural) y el Honda Cívic híbrido.

Un factor que agrava la situación, según el RACC, es la progresiva "dieselización" del parque automovilístico español. El auge de los diésel tiene una cara negativa para el medioambiente. Emiten menos CO2 que los de gasolina, pero son grandes productores de partículas, el cáncer de la contaminación urbana. La cuestión se solventaría con la introducción de filtros, pero pocas marcas lo hacen en España porque encarecen mucho el precio final. Los que sí las incorporan salen muy bien parados.