No han disputado la maratón, ni los 100 metros lisos, ni siquiera les han impuesto una medalla, pero también son campeones olímpicos y esfuerzo no les ha faltado. Javier Sánchez Rivero, Antonio Rubio Calzado (ambos estudiantes del IES Hernández Pacheco) y Jorge Luengo Frades (del Sagrado Corazón) aguantaron dos pruebas de más de tres horas, en la que se sometió a examen su capacidad de desarrollo lógico durante la Olimpiada Matemática, cuya fase regional se desarrolló el pasado día 16 en la Facultad de Ciencias del campus de Badajoz.

Entre los 80 asistentes se impuso uno de los más pequeños. Javier Sánchez está en el cuarto curso de la ESO y se presentó a la prueba casi por casualidad. La competición está destinada a alumnos de Bachillerato, pero pueden participar los de su curso siempre que vayan avalados por un profesor de su centro. Y ese fue el caso. "Al principio pensé en no ir, pero mis padres me insistieron en que no tenía nada que perder, que probara", dice. Y como iba solo por probar, cuando se enteró por sus amigos de que había ganado no se lo creyó. "Pensaba que estaban de broma, porque me lo dijeron mientras estábamos en una reunión para un intercambio con Francia". Después corroboró con sus profesores que sus 19 puntos sobre 42 eran nota más alta.

Fue por poco. Porque su compañero de instituto, Antonio Rubio, fue segundo por un punto menos, 18. "En la prueba no plantean ejercicios al uso, como los que hacemos en el instituto, sino problemas reales, en los que pretenden poner a prueba el desarrollo lógico que tienes y la capacidad de concentración", explica Rubio, que acudía por segunda vez al certamen.

¿Y ahora? Tras obtener las mejores notas de la olimpiada regional deberán someterse la prueba nacional en Valladolid del 25 al 28 de marzo. Allí estará también el tercer clasificado, Jorge Luengo, que obtuvo 17 puntos y siempre ha tenido una habilidad especial con las matemáticas; quizás porque lo lleva ´en la sangre´: su madre es profesora de Matemáticas y su padre ingeniero de Obras Públicas. Sin embargo tampoco les dedica más tiempo "que el necesario, para hacer los ejercicios de clase, preparar los exámenes o hacer algún pasatiempos de lógica", señala.

Como él, también Javier Sánchez y Antonio Rubio prefieren actividades diferentes a las mates para pasar el tiempo libre. "La música, salir, jugar a la play-station o al ordenador", coinciden los tres cacereños. Además Rubio y Luengo comparten su afición por el deporte, especialmente por el baloncesto, ya que juegan en el equipo del Sagrado Corazón. Eso sí, inevitablemente, y pase lo que pase en Valladolid, el futuro de los tres estará ligado a las ciencias exactas. Luengo tiene claro que será como Ingeniero de Caminos, mientras que Rubio y Sánchez se debaten entre las Matemáticas o "alguna ingeniería".