"Otros dicen que Caín nació de una Potestad superior, y se profesan hermanos de Esaú, Coré, los sodomitas y todos sus semejantes. ... Y dicen que Judas el traidor fue el único que conoció todas estas cosas exactamente, porque sólo él entre todos conoció la verdad para llevar a cabo el misterio de la traición, por la cual quedaron destruidos todos los seres terrenos y celestiales. Para ello muestran un libro de su invención, que llaman el Evangelio de Judas ". El misterio: Judas no traicionó a Jesús, sino que, entregándolo a los romanos, cumplió los deseos de su maestro. En el año 185, San Irineo, obispo de Lyón, describía así en su tratado Contra los herejes a la secta de los cainitas y a su evangelio particular, una de las muchas narraciones y colecciones de dichos escritos en los confusos tiempos de formación del cristianismo, que no fueron asumidas como canónicos por la Iglesia y cayeron en las tiniebras del índice de los textos apócrifos (en griego, ocultos).

Nada más se sabía de este texto condenado como herético por la Iglesia. Pero acaba de salir de estas tinieblas con un espectacular aparato mediático. Al parecer, una copia en papiro del Evangelio de Judas, del que hasta hoy sólo se conocía esta referencia indirecta del siglo II, fue desenterrada en los 70 en Egipto y sacada ilegalmente del país. Pasó por las manos de varios anticuarios y quedó encerrada durante 16 años en una cámara de seguridad de EEUU.

Su último dueño, ante la imposibilidad de vender las 26 hojas de papiro legalmente, llegó a un acuerdo con la National Geographic Society. Eso ha permitido reconstruirlo, traducirlo y autentificarlo como una copia del texto perdido, manuscrita entre los años 220 y 340 y traducida al copto.