Los centros educativos modificarán los temarios. Se adaptarán las áreas y las asignaturas para prestar especial atención a las competencias fundamentales (no tanto a los contenidos memorísticos) y para recuperar el aprendizaje que se haya podido perder desde el mes de marzo, cuando se decretó el estado de alarma y los colegios cerraron sus puertas físicas. Los centros tienen ahora una ardua tarea por delante porque, además, tendrán que adoptar medidas de cara al curso 2020-21. Por ejemplo, optimizar espacios (biblioteca, gimnasio) para garantizar distancias de seguridad entre alumnos, adecuar los horarios de entrada, salida y recreo y combinar la enseñanza física con la virtual.

La ministra de Educación ha mantenido una reunión on line esta mañana con los responsables de las consejería y estas son algunas de las conclusiones a las que se ha llegado. Se ha decidido crear un grupo de trabajo para estudiar tres escenarios posibles. El primero (poco realista) es que la pandemia esté finiquitada de cara a septiembre y los alumnos puedan volver en masa a las aulas. El segundo (más realista) es que el coronavirus siga siendo una amenaza para la salud y que los alumnos deban, entre otras medidas de prevención, mantener distancia interpersonal. La tercera (que asusta mucho) es la posibilidad de un rebrote y un nuevo confinamiento.

HIGIENE Y DISTANCIA

El lavado de manos con agua, jabón y gel desinfectante formará parte de la nueva normalidad escolar tanto para los docentes como para los alumnos. Habrá control sanitario y se elaborarán protocolos de movilidad tanto en la entrada como en la salida. Dado que la formación virtual acarrea una importante brecha digital no solo entre los alumnos sino también entre los centros, el departamento que dirige Celaá y las autonomías consideran lógico dotar de equipamiento tecnológico a los centros educativos y desarrollar actividades de formación intensiva del profesorado.

FINAL DE LA ETAPA

En la reunión ha habido un respaldo mayoritario para el regreso restringido a las aulas por parte de algunos alumnos cuando el territorio tenga luz verde para estar en fase dos (25 de mayo para las zonas que han pasado a tiempo a la primera fase). Ese regreso sería siempre voluntario por parte de las familias y solo se daría para los alumnos que terminan etapa: 4º de ESO, 2º de Bachillerato y 2ª de Formación Profesional.

MENORES DE 6 AÑOS

En lo que hay menos consenso es en abrir las aulas para los menores de 0 a 6 años en el caso de que sus progenitores no tengan opción a flexibilizar su jornada laboral y no puedan teletrabajar. La normativa aprobada por el Gobierno lo permite, pero las autonomías no lo ven nada claro. De hecho, la Asociación Española de Pediatría ya alertó ayer del riesgo que implica la vuelta al cole en la etapa de Infantil (0-6 años) dadas las dificultades para mantener la distancia interpersonal. Celaá ha recordado a los consejeros y consejeras que la norma lo permite, pero no es una obligación (como si lo son, por ejemplo, las medidas sanitarias). Es decir, cada autonomía podrá decidir si abre las puertas de Infantil o no en la fase dos.