El Hospital Clínico de Barcelona ha colocado a un paciente de 58 años con insuficiencia cardíaca un desfibrilador, primero de sus características en España, que permite controlar por Internet y por vía telefónica las constantes vitales, y que, en caso de emergencia, envía un mensaje para la atención inmediata. El director del Instituto Clínico del Tórax, Josep Brugada, que ha realizado el implante del dispositivo, ha explicado en conferencia de prensa que la colocación del desfibrilador, el más sofisticado de mercado en la actualidad, tuvo lugar el pasado día 8, de manera simultánea con la de otros catorce, idénticos, en otros puntos del planeta.

Este dispositivo, que en estos momentos cuesta entre 18.000 y 22.000 euros, supone un avance en el control de los pacientes con insuficiencia cardíaca grave a los que ya se les implanta un desfibrilador automático que detecta las anomalías y sincroniza el ritmo del corazón. La novedad de este aparato radica en que permite el control remoto del paciente gracias a la transmisión directa y en línea del electrocardiograma, que se envía cada noche por Internet a una página web y que el personal de enfermería consulta a la mañana siguiente.

En caso de que se produzca alguna emergencia, el dispositivo puede programarse para que envíe una alerta mediante un mensaje corto de texto (SMS), lo que haría posible una reacción inmediata. Se calcula que en España existen unas 500.000 personas con una insuficiencia cardíaca severa, de las que unas 100.000 están afectadas por una asincronía eléctrica, por lo que podrían ser candidatos a un dispositivo como el presentado hoy. Los afectados de insuficiencia cardíaca tienen un alto riesgo de morir de muerte súbita, que en España causa cada año el fallecimiento de 35.000 personas, 3.500 en Cataluña.

Riguroso control

Brugada ha subrayado que una de las ventajas del dispositivo es que ofrece al paciente una seguridad casi completa de que su corazón está bajo control y de que pueden detectarse de inmediato incluso fallos del propio aparato (como la falta de batería o la desconexión de un cable), lo que es imposible hacer con los desfibriladores que no incluyen un sistema de transmisión automática de datos.

El aparato, fabricado por la empresa alemana Biotronik, permite también identificar patologías, prevenir el empeoramiento de las condiciones cardíacas y mejorar la calidad de vida de los enfermos. El paciente al que se ha colocado el nuevo dispositivo es un hombre diagnosticado de una insuficiencia cardíaca por miocardiopatía dilatada, una enfermedad en la que se reduce la capacidad del corazón para bombear sangre a causa de la dilatación del ventrículo izquierdo.

La intervención para implantarle el desfibrilador duró dos horas y tras un postoperatorio de un día se fue a su casa con su medicación habitual. El desfibrilador utilizado por el Clínico incorpora una batería de larga duración, de unos diez años, lo que mejora la calidad de vida del paciente, que evitará tener que renovarse el aparato en un corto plazo de tiempo.

El doctor Brugada ha advertido de que los centros hospitalarios se enfrentarán en los próximos años al reto de gestionar la ingente cantidad de datos sobre el estado de salud de sus enfermos con insuficiencia cardíaca severa, una vez que se generalice este tipo de dispositivos en línea, lo que ha calculado que ocurrirá en un par de años.

Pese a todo, ha destacado la ventaja que supone este aparato para abordar el control de los enfermos de insuficienca cardíaca, afección que, según ha dicho, "mata más que el cáncer". "A los cinco años de un diagnóstico de insuficiencia cardíaca, el 50% de los afectados ya ha fallecido", ha asegurado este especialista.