Las llamas del incendio originado en las afueras de Funchal, la capital de la isla de Madeira (Portugal), avanzaban anoche peligrosamente hacia el centro histórico de la ciudad. El fuego se propagó rápidamente en las últimas horas del día de ayer por el efecto del viento y del calor, hasta aproximarse a zonas del centro, a la histórica Baixa de Funchal y a la iglesia de Sao Pedro. Al menos tres personas han muerto y un millar de ciudadanos fueron desalojados, entre ellos cientos de turistas. Numerosos habitantes de la capital de la isla precisaron asistencia médica por la inhalación de humos tóxicos.

Los tres fallecidos eran familia, según informó el alcalde de la ciudad, Paulo Cafofo, que también confirmó la cifra de 300 heridos hospitalizados. «Los bomberos intentaron rescatar a uno de los fallecidos en el momento en el que se le estaba quemando la casa, pero ya no pudieron hacer nada», dijo Cafofo. Los otros dos, añadió el alcalde, «fueron hallados carbonizados en el interior de sus viviendas».

Funchal, con unos 120.000 habitantes y de la que es natural el futbolista Cristiano Ronaldo, es una ciudad con una orografía muy escarpada que dificulta las labores de extinción. La capital de Madeira, que en el 2010 fue arrasada por las inundaciones, acoge en esta época a miles de turistas.

VUELOS Y CARRETERAS

El aeropuerto de la ciudad, uno de los más transitados de Portugal, se vio obligado a cancelar varios vuelos debido al fuerte viento que aviva las llamas y se tuvieron que cortar varias carreteras. Había también más de un centenar de casas afectadas por el fuego y un hotel calcinado.

Ayer, la policía detuvo a un hombre relacionado con uno de los focos del incendio. Se trata de un joven de 24 años del que se sospecha que avivó un fuego en un bosque de la capital de la isla portuguesa.

No es este el único incendio grave activo en Portugal. El país combate otros ocho grandes incendios, que anoche seguían activos. Con un área forestal de unos tres millones de hectáreas, Portugal fue considerado el estado de la Unión Europea (UE) más castigado por las llamas entre los años 2000 y 2010, con una superficie media quemada superior a la de países mucho mayores, como España.

Además de las altas temperaturas y el viento, la plantación de especies de árboles como los inflamables eucaliptos contribuyeron a que las llamas se propagaran con más voracidad. La acción delictiva del hombre, sobre todo de pirómanos, es otro de los factores de peso. En lo que va de año, la policía ha detenido a 24 sospechosos de provocar o avivar fuegos en Portugal.