LA COMISION sobre Abusos Sexuales dentro de una Relación Pastoral, creada por la Iglesia católica belga en el 2000, dimitió ayer en pleno al creer que su trabajo es "imposible" tras los registros efectuados el 24 de junio y la incautación judicial de los 475 expedientes con denuncias de abusos sexuales de menores perpetrados por miembros del clero. En esa operación, la policía registró la sede de la Iglesia en Bélgica, el domicilio del antiguo primado e incluso dos tumbas cardenalicias donde se sospechaba que podía haber documentos escondidos. La dimisión en pleno constituye un nuevo episodio de la accidentada vida de esta comisión, que nunca ha conseguido que la Iglesia católica belga aceptara indemnizar a las víctimas de los abusos.