La complicada trayectoria que deberá seguir la sonda espacial Messenger antes de que llegue a la órbita de Mercurio fue diseñada en la decada de los 80 en el Jet Propulsion Laboratory de Pasadena. Ese recorrido que pasa junto al planeta Tierra, dos veces junto a Venus y tres junto a Mercurio es imprescindible pues la nave debe usar la gravedad de esos planetas para frenar, y es que aunque 600 de sus 1.100 kilos son de combustible, esta es una cantidad que resultará insuficiente para evitar ir demasiado rápido hacia el sol.