La Audiencia Provincial de Valladolid ha condenado a tres años de prisión a José María O.N. por un delito de homicidio en grado de tentativa, cometido cuando apuñaló a su hermano y le causó heridas que afectaron al pulmón y al riñón, durante una discusión en la vivienda que compartían ambos.

La sentencia, a la que ha tenido acceso EFE, considera que concurre la circunstancia agravante de parentesco, la atenuante por eximente incompleta de legítima defensa y la atenuante analógica de embriaguez.

Además de la pena de prisión, la resolución judicial impone al encausado la prohibición de aproximarse a menos de trescientos metros de su hermano Francisco Javier, del domicilio de éste y de comunicarse con él por cualquier medio, todo ello durante un plazo de cinco años y un día.

En concepto de responsabilidad civil, establece el abono de una indemnización de 1.728 euros a la víctima por la incapacidad temporal que sufrió y cuatrocientos euros por las secuelas.

La sentencia explica, en el apartado de hechos probados, que el 1 de julio de 2007, sobre las 23.30 horas, el encausado y su hermano se hallaban en la vivienda en la que residían ambos, en la calle Granja de Valladolid, y mantuvieron una discusión. A continuación, el acusado se fue a su habitación y cerró la puerta con un pestillo para protegerse de su hermano, al que tenía miedo por mostrarse agresivo.

Posteriormente, Francisco Javier, que había bebido alcohol durante esa tarde, trató de acceder a la habitación de su hermano para atacarle y comenzó a dar voces y gritos y a golpear la puerta con fuerza, hasta que logró hacer en ella un boquete.

El procesado, ante el estado de violencia que mostraba su hermano, más joven y fuerte que él, que había roto la puerta y la iba a abrir para golpearle, cogió un cuchillo de diez centímetros de hoja puntiaguda y, cuando Francisco Javier entró en la habitación y se dirigió hacia él, el encausado le asestó una puñalada en la zona del riñón izquierdo y otra en la zona del pulmón derecho.

Tras este suceso, el procesado llamó a la policía y, cuando los agentes llegaron a la vivienda, no oyeron voces ni perturbación del orden, momentos en los que el encausado abrió la puerta de la casa.

Les dijo a los policías que subieran porque allí se encontraba su hermano "desangrándose", a la vez que les entregó un cuchillo con el que le había pinchado.

La sentencia establece que, en el momento de los hechos, el encausado tenía disminuidas levemente sus facultades intelectivas y volitivas por el alcohol que había ingerido previamente.

La fiscal había reclamado ocho años de cárcel por homicidio en grado de tentativa, con agravante de parentesco y atenuante de embriaguez mientras la abogada del procesado había pedido la absolución, al considerar que el acusado actuó en legítima defensa.