José Luis Díaz Córcoles, factor o jefe de circulación de la estación de Chinchilla (Albacete) donde el 3 de junio del 2003 un choque de dos trenes costó la vida a 19 personas y causó heridas a 48, fue condenado ayer a dos años de prisión y a cuatro de inhabilitación para ejercer su profesión. El único acusado por esta catástrofe ferroviaria, la peor en 30 años, no tendrá que entrar en prisión, al no contar con antecedentes penales y no haber sido condenado a una pena superior a los dos años.

El juez de Albacete, Jaime de Lamo, fijó esta condena por 19 delitos de homicidio por imprudencia grave profesional y otros 48 por lesiones. El abogado de la defensa, Julián Pérez Charco, anunció que no recurrirá.

De Lamo atribuyó el accidente "solo a un fallo humano" y descartó que hubiera falta de medidas de seguridad, ya que José Luis puso el semáforo en verde y dio la orden de marche el tren a un Talgo que se dirigía Murcia, "olvidando" que en sentido contrario y por la misma vía venía un mercancías.

Esta decisión provocó una "fortísima colisión frontal" a las 12:42:09 horas, a 1.709 metros de Chinchilla, bajo un tendido de alto tensión. Parte del mercancías quedó sobre el Talgo, que llevaba 82 pasajeros. El choque causó un pavoroso incendio. Pero el juez entiende que cuando el factor alertó al puesto de mando de Valencia para detener los trenes ya había ocurrido el accidente, ya que cuando dio el aviso eran las 21:42:25, es decir, que habían transcurrido 16 segundos desde la colisión frontal.

El juez le aplica el atenuante de reparación del daño debido a que intentó detener los trenes cuando se dio cuenta de lo que ocurría. El acusado, según el magistrado, "cometió un fallo" que "desencadenó la tragedia", pero "es un hombre integrado socialmente, un trabajador, con hijos, uno con una minusvalía".