El caso ha dado un giro inesperado. El hombre de Lleida condenado por colocar una cámara de vídeo en el baño de su casa para comprobar si su hija adolescente sufría anorexia y se provocaba el vómito está pendiente de ser juzgado por un presunto delito de exhibicionismo, según confirmó ayer el Tribunal Superior de Cataluña. Al abuelo de la chica, quien se había encargado de destruir las grabaciones, se le imputa también un presunto delito de abusos sexuales, en base al relato de la joven al Equipo Técnico de Atención a la Víctima y al médico y al educador que le están ayudando a superar la anorexia.

La Audiencia de Lleida considera que el relato de la chica, que en septiembre cumplió 18 años, goza de credibilidad. Según el diario La Mañana , la joven dice que su padre se paseaba "desnudo y con el pene erecto por la casa" y apunta que "también lo pudieron presenciar sus amigas". Al abuelo lo acusa de tocarle los genitales a ella. El hombre aceptó un año de cárcel y cinco de alejamiento de la adolescente y su madre.