Un hombre acusado de acabar con la vida de su padre en el piso que compartían en Lloret de Mar (Girona) en mayo de 2011 y de esconder el cadáver en un armario ha sido condenado por la Audiencia de Girona a 17 años y 9 meses de cárcel por los delitos de homicidio, robo con violencia y estafa.

La sentencia considera probado que el hombre apuñaló a su padre con una navaja después de haberle pedido dinero y haber recibido una respuesta negativa.

Tras el homicidio, el condenado se apropió de dinero de su padre, así como de su tarjeta bancaria y del vehículo que tenía aparcado en las inmediaciones del domicilio.

El hombre extrajo 1.980 euros a través de cajeros con esa tarjeta en los días posteriores al fallecimiento de la víctima y pagó igualmente peajes de autopista.

El cadáver permaneció oculto en el domicilio de Lloret cerca de un mes, hasta que el 11 de junio de ese año fue descubierto por la policía a raíz de las quejas de los vecinos por el fuerte olor que desprendía.

La sentencia admite que el hombre tenía sus facultades "moderadamente limitadas" por la ingesta de alcohol y drogas en el momento del parricidio.

El jurado ha tenido en cuenta para condenar al hombre su propia confesión, el hallazgo en la vivienda de huellas dactilares que lo incriminan y de la navaja con la que se cometió el crimen.

Además de los más de 17 años de cárcel, el acusado ha sido condenado a abonar al propietario del piso donde se produjo el crimen 1.298 euros por los gastos de limpieza y desinfección, así como a pagar las costas procesales.