El Congreso aprobará este jueves definitivamente la ley que mejora las pensiones de orfandad de los hijos de las víctimas del maltrato machista y otras formas de violencia contra la mujer. A partir de su entrada en vigor, las cuantías subirán del mínimo actual de 140 euros a 600 euros, en el caso que no haya cotizado la madre. Si ha cotizado, la media será de unos 800 euros.

Fue la fiscal ya fallecida Soledad Cazorla quien hace años impulsó medidas para ayudar a estos niños que pierden a sus madres y además, con mucha probabilidad, su padre se suicida o acaba en la cárcel. Salen adelante gracias a la ayuda del resto de su familia y, con esta nueva ley lo tendrán un poquito más fácil. Pese a ello, han sido necesarios dos años para que la norma vea la luz, lastrada, como otros proyectos de ley, por la confrontación política.

De hecho, el PP peleó para que se amplíen las pensiones de todos los huérfanos, si bien otros grupos prefirieron centrarse en la violencia machista porque es la que provoca que muchos niños, de un plumazo, se queden sin madre y sin padre (que se suicida o va a la cárcel). Aún así, en un plazo de tres meses se deberá analizar otros casos de orfandad absoluta, como los accidentes de tráfico, con el fin de estudiar que reciban idénticas cantidades. Sin esperar al análisis, también percibirán las hijos cuyas madres sean asesinadas por hombres que no sean sus parejas y que tampoco tengan tampoco el sustento del padre.

La ley tiene carácter retroactivo y recibirán las prestaciones todos los huérfanos desde el año 2004.