Sienten poder volar dominando el cielo pero con los pies en el suelo, controlan los movimientos de aviones y helicópteros y, para más inri, previamente ellos mismos construyen los aparatos.Son aficionados al aeromodelismo, una práctica que permite construir aviones y helicópteros y después controlarlos en el vuelo con un equipo teledirigido. En Plasencia, 25 personas de la zona norte de la región integran el Club de Aeromodelismo Colibrí. Su presidente, Luis Miguel Sánchez, explica que "es muy bonito hacer volar un avión, dirigirlo tú mismo".Para practicarlo es necesario pertenecer a un club ya que cada piloto posee licencias federativas con su correspondiente seguro médico y de responsabilidad civil. Junto a esto, poseen un campo de vuelo propio en Galisteo y "tenemos que ir allí cada vez que queremos volar". Y es que, según argumenta Sánchez, "el lugar donde se practique el aeromodelismo ha de poseer diversas condiciones, como ser campo llano, que mire al norte y alejado de viviendas. Sin embargo, Plasencia es muy montañosa y es difícil encontrar un sitio donde se vuele sin riesgo".Desde la asociación animan a todos a apuntarse "aunque no sepan pilotar ya que eso, en cuatro fines de semana, se arregla pero siempre empezando al lado de un experto", explica el presidente. Para la construcción de los modelos, los más principiantes pueden comprar un kit con las piezas y montarlo "en un par de tardes", indica Pedro Luis Oliva, miembro de la asociación. Sin embargo, los más expertos optan por hacerse con todo lo necesario para elaborarlo: desde las maderas, hasta la hélice y demás materiales. Tanto unos como otros, han de poseer cualidades suficientes para desafiar la inteligencia y la habilidad en la construcción y en el pilotaje.Desde Colibrí indican que hace falta saber de mécanica, para los motores; de electricidad y electrónica, para el radio-control; de física y aerodinámica, para dominar las leyes del vuelo; de metereología, para conocer las ascendencias térmicas y el tiempo; y de resistencia de los materiales.Existen aviones desde 40 centímetros hasta siete metros de longitud y, aunque los que manejan los integrantes de la asociación pesan entre tres y cuatro kilos, "pueden llegar a pesar hasta cien", informa Oliva. Por su tamaño y por la velocidad que pueden alcanzar --más de 100 km/hora-- necesitan un lugar adecuado y federado ya que "si impacta contra una persona puede ocurrir una desgracia, como pasó el año pasado en un campeonato en Alemania donde un avión impactó con el público y mató a tres personas", informa Sánchez. Por ello, estos animan a formar parte de la asociación, "para sentir como puedes controlar todos los movimientos de tu avión o helicóptero pero eso sí, siempre en lugares permitidos".