Más de 400.000 adolescentes españoles consumen cannabis de forma habitual, un comportamiento que ha empezado a causar problemas a 40.000 de estos jóvenes de entre 14 y 18 años. Los daños más notables son el fracaso escolar --derivado de la pérdida de memoria y de la incapacidad para concentrarse-- y las alteraciones de la conducta, como agresividad, apatía, disminución del apetito y dificultad para dormir.

En la presentación del informe Cannabis 2 del Plan Nacional sobre Drogas, en Madrid, la delegada de este programa, Carmen Moya, valoró que la cifra de adolescentes que fuman porros tanto de forma esporádica como frecuentemente sea inferior que hace cuatro años. "Se ha quebrado la tendencia creciente", aseguró, pero tampoco escondió que el 35% de los españoles de 14 a 18 años han fumado porros alguna vez en su vida; que el 30% lo han hecho en el último año, y que el 20% han consumido en los últimos 30 días.

Las consecuencias que pueden sufrir estos adolescentes, añadió esta experta, van más allá del fracaso escolar --solo el 2% de los estudiantes que consumen cannabis logran un título universitario, frente al 30% de quienes nunca lo han consumido--. Esta droga también puede producir taquicardias, trastornos mentales como la psicosis y la depresión e incluso influye en los accidentes de tráfico: fumar porros antes de conducir "triplica" el riesgo de acabar en el hospital.

Moya también señaló que las incautaciones realizadas en España representaron el 50% del total incautado a nivel mundial, ocupando, una vez más, el primer puesto del ránking de países en incautaciones de resina de cannabis, informa Efe.

El informe actualiza los datos epidemiológicos de la primera edición, publicada en 2006, y recoge las últimas evidencias científicas sobre los efectos clínicos y toxicológicos del consumo de esta sustancia para la salud.

Amparo Sánchez, de la comisión Clínica, avisó de que el cannabis es una droga y como tal se comporta en el cerebro, produciendo cierto bienestar al principio, pero dependencia a medio y largo plazo. También dijo que la alteración de la capacidad psicomotora aumenta el riesgo de tener accidentes. De hecho hay estudios que ponen de manifiesto que su consumo una hora antes de tener un accidentes multiplica por tres el riesgo de ingreso hospitalario o de fallecer.