Once días después de difundir que tenían intención de convocar una huelga en pleno agosto --lo que ha traído de cabeza a la industria turística que, impotente, veía cómo día tras día se cancelaban vuelos o los viajeros preferían reservar destinos a los que llegar por otros medios que no fueran los aviones--, los controladores han decidido que no harán los anunciados paros "en agosto". Así, se reservan esta potente amenaza para seguir presionando a Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) en sus negociaciones laborales. "Una vez más, hemos entendido la preocupación del sector turístico y de numerosos pasajeros", declaró el secretario sindical de comunicación de la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA), César Cabo

La USCA reunió ayer a su comité ejecutivo para decidir si convocaba la protesta --tal como le pidieron el 98% de los casi 2.000 controladores en activo-- o, por el contrario, atendía las peticiones unánimes del sector turístico y del Gobierno para que no perjudicaran a la principal industria del país en el mes más caliente. El comité ejecutivo tenía previsto reunirse mañana, después de que el viernes por la noche fracasara la negociación con AENA. La empresa pública solicitó al sindicato que desconvocase la huelga para seguir negociando sobre los dos principales escollos: la jornada y el salario. El presidente del ente gestor, Juan Ignacio Lema, les emplazó a anunciar que no llevarían a cabo los paros y que aceptasen acudir a un árbitro independiente.

"ALIVIAR LA INCERTIDUMBRE" Pero USCA rechazó ambas cosas, con el argumento de que AENA no sabe ni "la necesidad de jornada, ni la masa salarial prevista, ni las torres que va a vender", según el portavoz del sindicato, Daniel Zamit. Finalmente, la dirección del sindicato decidió adelantar a ayer la reunión para "aliviar la incertidumbre del sector turístico y los pasajeros".

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, tras reunirse con el Rey en Palma de Mallorca, hizo unas declaraciones apaciguadoras que parece que surtieron efecto. Zapatero no cerró la puerta a que el ministro José Blanco se implique en la negociación, pese a que hasta ahora Fomento había rechazado esta pretensión del USCA. "Supongo que los controladores son conscientes de que una hipotética huelga genera incertidumbre y no produce más que efectos negativos. El Gobierno va a poner todo el sentido constructivo" si se reanuda la negociación, señaló el presidente.

El USCA recogió el guante, aunque a medias. Su directivos decidieron por unanimidad renunciar a la huelga pero solo en agosto. "Interpretamos que las palabras de Zapatero quieren decir que AENA va a volver a negociar de forma constructiva", señaló Cabo, quien no quiso contestar si esto significa que de no fructificar el diálogo, harán los paros en septiembre.

En la misma línea, el presidente de USCA, Camilo Cela, señaló que los controladores han sido "sensibles" a las peticiones y a su propia convicción de que la única salida a la situación es "una negociación intensa y sensata". "El presidente hoy ha hecho un ejercicio constructivo llamando a las dos partes al acuerdo. Si lo cerramos mañana, daremos por zanjada esta historia de desencuentros", añadió. Sin embargo, nada hace prever que la solución llegue de manera inmediata.

LIMITE TEMPORAL El presidente de la patronal valoró positivamente la decisión de los técnicos pero lamentó que esta tenga como límite temporal el mes de agosto: "Me hubiera gustado que la renuncia fuera definitiva y no solo para el mes de agosto". Lema, no obstante, confió en un acuerdo inmediato y emplazó al USCA a reunirse hoy a partir de las cinco de la tarde.