La tranquilidad de los viajes de vacaciones de miles de personas pende de un hilo. El 98% de los controladores han dicho a la huelga después de seis meses de negociaciones estériles con el Ministerio de Fomento. Quieren mantener sus privilegios y la respuesta del Gobierno siempre ha sido la misma: decretos que cortan sus alas para evitar que sean los mejores pagados y los menos productivos de la UE. Pero el órdago de convocar una huelga en agosto pero no anunciar su fecha --que es lo que hicieron ayer por la mañana los controladores para desmayo del sector turístico-- puede obrar el pequeño milagro de acercar sus posturas.

De hecho, AENA anunció ayer a última hora que los representantes de la empresa y el colectivo han llegado a un acuerdo sobre varias de sus reivindicaciones tras una tarde de negociaciones. Hoy continuará el diálogo bajo la atenta mirada del sector turístico y los pasajeros. Si no hay acuerdo, los técnicos harán un paro de hasta tres días, después del 16 de agosto, que amargará las vacaciones a muchos.

"UN GESTO" Los representantes de la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA) y AENA se sentaron a negociar a las 17.00 horas, después de que los técnicos acusaran al ministro de Fomento, José Blanco, de ser "el único responsable" de la situación. Los portavoces de USCA, Daniel Zamit y César Cobo, mostraron una actitud a ratos desafiante (saben que su trabajo es imprescindible), a ratos pacificadora. Así, señalaron que "un gesto" del ministerio serviría para paralizar el paro. "La pelota está en el tejado del ministro. Si quiere parar esto, que se reúna con nosotros", solicitaron. Blanco acusó al colectivo de "pretender mantener sus privilegios".

Con este panorama, AENA anunció hacia las 21.30 horas que la negociación continuaría hoy y que había accedido a varias de las peticiones de USCA que garantizan para el colectivo un salario superior al de sus colegas europeos y unas condiciones laborales equiparables. El gestor de los aeropuertos ha ofrecido a los inspectores en activo una retribución media de 200.000 euros anuales hasta el 2013, siempre que el trabajo se desarrolle "con plena normalidad" y sin absentismo. Antes de que el Gobierno cambiase las reglas del juego ganaban 350.000. En segundo lugar, AENA acepta la petición de adecuar la jornada laboral a la carga de trabajo de cada centro. En tercer lugar, recuerda que la posibilidad de cambiar los turnos ya se incluyó en el último decreto aprobado, y que el ente necesita dos meses para adaptarse al plan. Por último, afirma que incluirá el seguro médico en la masa salarial del 2010 e impulsará la formación adicional. USCA exigía además el fin de guardias que suponen la "plena disponibilidad".