En las últimas semanas, los controladores europeos han recibido cartas de sus colegas españoles en las que les reclaman solidaridad con su situación. Estas misivas ponen en antecedentes a estos profesionales sobre lo ocurrido en el último año en el cielo aéreo español y les invitan a no dejarse convencer por AENA para trabajar en las torres y centros de control de la Península.

Lejos de calmarse las aguas, el conflicto entre la empresa y los 2.200 profesionales no da tregua. La última tensión de la cuerda se ha producido a propósito del envío de algunas circulares donde el colectivo pide a sus compañeros italianos que, si les ocurre aceptar la presunta oferta de AENA para desplazarse a los aeropuertos españoles, solo les emplearán durante un par de años. En una de las cartas a las que ha tenido acceso este diario, el presidente de USCA, Camilo Cela, les advierte de que, en cuanto la empresa logre profesionales "de bajo coste", prescindirá de ellos.

En esas mismas líneas, Cela admite que desconoce qué condiciones les está poniendo sobre la mesa AENA, pero revela que también se las ha hecho llegar sin éxito a controladores argentinos o portugueses. El dirigente del sindicato --que agrupa al 92% de los empleados-- les asegura también que, en el caso de rechazar también el ofrecimiento, les estarán "extremadamente agradecidos". También les aseguran que, en este periodo, la firma aeronáutica les ha tratado como "criminales o terroristas".

Otra de las cartas está firmada por el órgano de coordinación europeo de todas las asociaciones de controladores, ATCEUC, donde sostiene que el Gobierno español está usando "medidas dictatoriales" desde el 5 de febrero del 2010. El escrito expone que la nueva contratación que planea AENA responde a una falta de profesionales, que la compañía "nunca había gestionado por falta de interés" y que sopesen bien lo que implicaría que fueran a trabajar a España.