Los controladores aéreos han respondido a las acusaciones de las que han sido objeto tras la denuncia del ministro de Fomento, José Blanco, que acusa al colectivo de contribuir al déficit de los servicios de navegación por sus altos sueldos. La Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA) llegó a señalar ayer que la campaña de desprestigio que sufren pone en peligro incluso su integridad física.

En un comunicado, USCA considera que se ha puesto en marcha una campaña de manipulación contra los controladores y apela a la responsabilidad de las partes. Afirman que las tareas de control aéreo exigen un elevado nivel de concentración y serenidad, y subrayan que no beneficia nada la gran presión social y laboral que soportan.

Blanco presentó el martes el nuevo modelo de gestión aeroportuaria del Gobierno, que ha sido acogido con tibieza en el sector privado, que no invertirá si no administra. De los grupos empresariales con experiencia en esta actividad, solo Ferrovial y Abertis estarían dispuestos a entrar en el capital de AENA Aeropuertos (sociedad escindida de la actual AENA, que también controla la navegación aérea), pero a condición de poder participar en la gestión de la compañía.

El ministro de Fomento avanzó que AENA Aeropuertos seguirá controlada por el Estado, pero dará entrada hasta a un 30% de capital privado, si bien no detalló si un eventual socio participaría de la gestión o solo serviría como fuente de financiación. Ni Abertis ni Ferrovial estarían dispuestas a tomar parte en el proyecto si su papel en la sociedad queda relegado al de mero socio capitalista.

Ferrovial es dueña del gestor aeroportuario británico BAA de los aeródromos de Heathrow y Stansted (Londres); Southampton (sur de Inglaterra); y Edimburgo, Glasgow y Aberdeen (Escocia) con 106,9 millones de pasajeros en el 2009, al tiempo que cuenta con el aeropuerto de Nápoles. Abertis tiene intereses en 30 aeropuertos de nueve países, con un tráfico de más de 87 millones de pasajeros.