La tromba de agua que cayó durante la mañana de ayer sobre Mallorca colapsó la ciudad de Palma, desbordó al menos media docena de torrentes y se cobró la vida de una mujer extranjera. Las nubes no dieron tregua a que la ciudad se recuperara del tornado que la sorprendió hace apenas dos semanas y causó una veintena de heridos y cuantiosos daños materiales. Pero a diferencia del pasado 4 de octubre, las seis mangas de agua divisadas ayer desde la costa no alcanzaron tierra. El protagonismo se lo llevó el fuerte aguacero, que descargó 25 litros en 10 minutos, según fuentes del Centro Meteorológico de Baleares.

La mujer fallecida, de origen danés y unos 35 años de edad, viajaba junto a su novio y su bebé en un coche de alquiler cuando se vio sorprendida por una riada en la localidad de Puigpunyent. Dos torrentes sin control confluyeron sobre la carretera y zarandearon el vehículo en el que viajaban. Por razones que todavía se desconocen, la turista bajó del automóvil y el agua la arrastró unos 400 metros. El bebé de la pareja fue rescatado en buen estado, mientras que el padre tiene fracturadas varias costillas.

En Palma, el tráfico colapsó el centro de la ciudad y sus accesos, y el torrente de Sa Riera, que cruza la capital, se desbordó en su último tramo, impidiendo el tránsito en el paseo Marítimo. Una decena de pequeñas embarcaciones, que estaban amarradas junto a su desembocadura, sufrieron graves daños.

Los bomberos efectuaron unas 70 salidas para atender las inundaciones, mientras el departamento de Asuntos Sociales tuvo que evacuar a los 18 usuarios de un centro de atención de discapacitados.