Para justificar su proyecto de vetar la reagrupación de ascendientes, el titular de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, alertó de un inminente y chocante alud de llegadas a España de padres y madres de extranjeros. Según el ministro, los abuelos inmigrantes representan el 40% del millón de familiares que quedan por reagrupar. Es decir, más de 400.000 personas de edad avanzada cuyo aterrizaje, teme, puede tensar aún más la ya muy presionada sanidad pública y los servicios sociales.

Corbacho hizo estas declaraciones en una rueda de prensa posterior a su encuentro con el Foro de Integración de los Inmigrantes, un órgano gubernamental de participación con asociaciones de inmigrantes, sindicatos y oenegés. No obstante, el ministro no explicó la base a partir de la cual se ha hecho ese cálculo, cuyo resultado no coincide con las estadísticas de reagrupación familiar en España.

PROGENITORES REAGRUPABLES Esos 400.000 padres de inmigrantes son muchos más de la proyección de progenitores reagrupables que resulta del cruce de los datos de la encuesta realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y las estadísticas de reagrupaciones familiares de la provincia de Barcelona en el 2007, la única que ha desglosado las reagrupaciones según fueran de hijos, cónyuges o ascendientes.

El proyecto del Gobierno dejaría fuera como mucho a unos 70.000 extranjeros de la tercera edad, aunque la expectativa más realista no supera los 27.400. Además, ambas cifras quedan muy lejos del medio millón de hijos que el conjunto de inmigrantes tienen previsto reagrupar.

El veto a la reagrupación de ascendientes puede tener efectos negativos. Los expertos alertan de que acabará afectando no solo a inmigrantes, sino a muchas familias españolas. Eso se debe a que numerosos inmigrantes, que trabajan cuidando a niños y ancianos españoles, han reagrupado a sus propios hijos y se encuentran ahora con el problema de no tener tiempo de atenderlos. Es por ello que quieren que vengan sus padres a hacerse cargo de esos menores mientras ellos trabajan. Sin el apoyo de sus ascendientes, muchos tendrán que abandonar sus empleos.

El secretario de inmigración de Comisiones Obreras, Ghassán Saliba, alerta de que "la medida es poco útil, pues para que los inmigrantes puedan seguir haciendo esta labor de cuidado alguien debe cuidar a sus hijos".