En contra de lo que había anunciado él mismo un día antes, el ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, abrió ayer una puerta para que puedan quedarse en España los inmigrantes que llegaron a Almería la semana pasada en patera tras un viaje en el que tuvieron que tirar por la borda los cuerpos de nueve bebés y seis adultos. "A nadie se le escapa que, cuando hay un caso muy singular, siempre tiene que haber alguna consideración en la que pese mucho los derechos humanos", dijo Corbacho. Por lo tanto, "se podrán estudiar las causas tan dramáticas" del naufragio de Almería. Esta toma de posición del titular de Trabajo va en la misma línea de lo dicho el martes por Alfredo Pérez Rubalcaba.