En España se puede parir en casa. De forma privada, fuera del sistema público y por un importe que oscila entre los 2.000 y los 4.000 euros. Respaldados por la evidencia científica, pediatras y matronas no lo recomiendan debido al alto nivel de riesgo que conlleva. Es jugársela. En un paritorio no suele pasar nada. Pero cuando pasa hay que correr, y mucho. A pesar de que los hospitales han adoptado protocolos específicos para los partos, el coronavirus y el miedo a contagiarse ha provocado que la demanda para dar a luz en casa «se triplique», por ejemplo, en Cataluña, desde que comenzó el confinamiento, según la matrona y vocal de la Asociación Catalana de Matronas (Acl) y de la Asociación de Matronas de Parto en Casa de Cataluña (Alpacc), Alba Pallisé, informa Europa Press. «Hay equipos de matronas en Barcelona que están totalmente colapsados», afirma.

Las embarazadas han visto cómo se han reducido sus citas en el centro de salud a las mínimas necesarias y muchas han tenido que optar, por ejemplo, por clases virtuales de preparación al parto. Todo ello ha motivado que algunas futuras mamás se interesen por la opción casera, que está lejos de ser segura y, además, solo es factible para las gestaciones de bajo riesgo.

El riesgo de parir en casa / La presidenta de la Federación de Asociaciones de Matronas de España (Fame), María Jesús Domínguez, advierte a Europa Press de que las parturientas han tenido «sensación de peligro e inseguridad» por el hecho de asistir a hospitales y centros sanitarios por miedo al contagio. «Hemos tenido falta de matronas», explica sobre la situación en los hospitales, algo que se ha traducido en nuevas medidas, como las altas precoces a las madres siempre y cuando el estado de salud así lo permita y la imposibilidad de que ningún familiar -más allá de los progenitores- visite al nuevo miembro de la familia.

«Una cosa es que aumente la demanda, y otra que aceptemos todas las peticiones», matiza Pallisé, que insiste en la valoración individual de cada caso, «siguiendo criterios de seguridad básicos y teniendo en cuenta las condiciones y factores de riesgo». Se han desestimado las que se hacían provocadas por la desconfianza, angustia o temor de asistir a los hospitales: «El miedo no podía ser la premisa para determinar un parto en casa», dice.