A punto de cumplir 500 años, los encierros del municipio madrileño de San Sebastián de los Reyes, considerados los segundos en importancia tras los sanfermines y cuya tradición se remonta a los "corre toros" de época de Carlos V, entran de lleno en la era digital.

En su empeño por hacer honor al apelativo de "Pamplona chica", los responsables de los encierros han querido este año, no solo incidir en las garantías de seguridad, sino superar incluso a los sanfermines incorporando las nuevas tecnologías para dar a los corredores la mejor información de los ocho tramos en los que tradicionalmente se divide el encierro.

Quienes hayan participado hoy en el primer encierro, limpio y rápido, habrán visto en el tradicional recorrido los nuevos carteles con códigos QR o de respuesta rápida que permiten al corredor, dispositivo móvil en mano, analizar el tramo elegido mediante vídeos y una descripción exhaustiva.

Por ejemplo, quien haya escogido para la carrera el cuarto tramo, la curva de Postas con la calle Real, uno de los más complicados, sabrá de un vistazo que la distancia a recorrer son 23 metros, que la pendiente es ascendente en un 1,66 %, que el pavimento es mixto (adoquín-asfalto) y que "no hay vallado, salvo aglomerados de escaparates y puertas margen izquierda calle Real".

En el apartado de observaciones adivinará por qué se ha ganado el calificativo de "tramo peligroso", ya que se advierte de "aglomeración de corredores parados en margen derecha", precisamente en la zona sin vallar.

La tecnología ha llegado también a las comunicaciones, y la fibra óptica y 30 cámaras en la vía pública se suman al sistema "Tetra digital" instalado en 2005 para la transmisión de voz y datos, que permite coordinar los dispositivos de seguridad del encierro en décimas de segundo.

Casi cinco siglos han pasado desde la primera fecha en que se nombra la "suelta de reses" de este municipio, en una provisión encargada por Carlos V al arzobispado de Toledo el 23 de marzo de 1525 instándole a devolver a los vecinos lo cobrado en sus fiestas.

Desde entonces ha cambiado incluso la manga del recorrido, que ha crecido en longitud a la vez que en seguridad para los corredores y espectadores, aunque aún podría decirse, como hacía en 1958 el número 818 del Nodo, que se trata de unas fiestas "de relieve y sabor pintoresco", en las que los mozos dan "prueba de arrojo y gallardía en el vistoso e impresionante encierro".

El último cambio significativo fue la ampliación del recorrido establecida en 2003 hasta los 820 metros actuales -con una anchura entre seis y nueve metros-, y luego la instalación de la doble talanquera.

San Sebastián de los Reyes presume de una topografía de su recorrido de encierros favorable en la mayor parte de la manga, lo que favorece una vertiginosa velocidad de la corrida que sitúa la media en dos minutos y doce segundos, o algo menos si todo va "limpio" como ha ocurrido en esta primera fecha.

Por "tradición, experiencia y pasión", los más veteranos de San Sebastián de los Reyes consideran los suyos unos encierros en "estado puro" y, para trasladar de padres a hijos esa experiencia, invitan a sus hijos y nietos a correr cada día "los infantiles", delante de "cajetones" a modo de toros, casi como una prueba iniciática.

En esta localidad, de unos 70.000 habitantes, a 18 kilómetros de la Puerta del Sol, en la que toda esta semana se escuchará a las ocho en punto el chupinazo prendido por Pedro María Rivera, trabajan para ser considerados una Pamplona no tan chica. Más bien, como dicen allí, un "Sanse grande".