Una información encriptada con un nuevo sistema a prueba de espías, basado en señales caóticas, fue capaz de recorrer 120 kilómetros por una línea de fibra óptica y llegar a su destino intacta, según informan hoy en la revista Nature los autores del trabajo, encabezados por el físico Claudio Mirasso, de la Universitat de les Illes Balears (UIB). La investigación, en la que han participado también la UPC-Terrassa, el CSIC y otros centros europeos, fue confirmada recientemente de forma experimental en la red comercial --la misma que emplean las televisiones por cable-- situadas en el área de Atenas, capital de Grecia.

"La capacidad de cálculo de los próximos ordenadores cuánticos --explica Mirasso desde Palma de Mallorca-- hará que las técnicas tradicionales de encriptación, basadas en algoritmos matemáticos implementados en software , se queden obsoletas y sea factible descifrar todas las claves de seguridad". Además, añade, el nuevo método es compatible con estas técnicas, lo que podría dotarlas de niveles añadidos de seguridad.

EL METODO Los investigadores enviaron el mensaje a través de una portadora caótica --un láser cuya amplitud de onda no es periódica, sino que oscila irregularmente en el tiempo, lo que le da un aspecto similar al ruido de la radio que no encuentra una estación-- y luego fue recuperado en el punto de recepción mediante un dispositivo casi idéntico al emisor. Mirasso opina que el sistema también podría servir, por ejemplo, para evitar las típicas interferencias entre llamadas de la telefonía móvil.

La información transmitida, que no era precisamente pequeña (un gigabit por segundo), fue recuperada en el destino con un error medio de un bit entre 10 millones, un margen ligeramente peor que los estándares de encriptación algorítmica, pero de sobras tolerable, dice Claudio Mirasso en otro párrafo de la publicación.