Italia vive estos días alarmada por la cada vez más frecuente presencia de noticias en los medios de comunicación sobre un fenómeno hasta ahora puntual: el de las violaciones en grupo a mujeres, que tienen su mayor exponente en el conocido caso Guidonia.

La de la localidad italiana de Guidonia, próxima a Roma, es la más popular de una serie de supuestas violaciones en grupo que han sembrado la ira en los italianos, pues en algún que otro caso los acusados son extranjeros, lo que no hace sino azuzar la creciente ola de racismo que parece vivir el país.

Tal es la tensión que se vive en Guidonia por la violación de una joven de 22 años en la noche del 22 al 23 de enero pasados, que un grupo de vecinos de la localidad intentaron linchar a la salida de la comisaría el pasado 27 de enero a los seis ciudadanos de Rumanía acusados del abuso sexual al grito de "cerdos rumanos".

Lo que hace más llamativo este tipo de abusos sexuales en grupo es el hecho de que suelen producirse con chicas jóvenes a las que asaltan cuando están acompañadas, normalmente en compañía de sus parejas.

El "modus operandi", según las primeras reconstrucciones que lleva a cabo la Policía, es siempre muy parecido: los violadores se encargan primero de deshacerse de la compañía masculina, para después proceder al abuso de la víctima.

Tal fue el caso de una de las últimas violaciones, cometida en la noche del pasado sábado en la localidad de Vittoria, en la isla de Sicilia, en la que una chica rumana fue violada por dos hombres con la colaboración de un tercero.

La joven fue asaltada mientras paseaba con su novio, también rumano, al que consiguieron neutralizar después de pedirle dinero y el teléfono móvil. Según el testimonio de la pareja, los tres asaltantes tenían rasgos norteafricanos.

Como en el caso de Guidonia, en el que la joven fue violada mientras mantenían encerrado a su novio en el maletero del coche, las chicas no estaban solas, y esto es lo que genera la mayor sensación de inseguridad entre la población de Italia.

También de grupo, pero esta vez sin pareja presente, fue la violación que sufrió en la noche del pasado 20 de enero una prostituta rumana en la localidad de Ravenna (noreste), supuestamente asaltada por cuatro ciudadanos marroquíes.

Y más reciente, el caso de otra ciudadana rumana que fue violada el miércoles pasado en la localidad de Cassano Allo Ionio (sur de Italia) y por cuya agresión hay ya detenidos cinco compatriotas como presuntos culpables.

Algunos psicólogos apuntan a que este creciente fenómeno de violaciones en grupo puede deberse al bombardeo mediático con imágenes de mujeres desnudas que se presentan como fácilmente accesibles, aunque puntualizan que en cualquier caso no sería el único factor.

"El hecho de poner a más militares en las calles no ayuda a resolver el problema de las violaciones, sino que quizá iniciar la educación de los sentimientos y enseñar las diferencias de género ya desde la escuela elemental reduciría el número", sugiere Alessandra Kustermann, ginecóloga de la Clínica Mangiagalli de Milán.

Como siempre sucede, el fenómeno de las violaciones de grupo tiene ya su presencia en Internet, donde la Policía italiana sigue el desarrollo de un grupo que se define como seguidor de este tipo de delitos en la red social Facebook.

Sea como fuere, la sensibilidad social es tal que un reciente sondeo publicado por la revista "Donna Moderna" ("Mujer Moderna") refleja que seis de cada diez italianas se tomarían la justicia por su mano si fueran violadas.

Esa cifra aumenta hasta el 72 por ciento en el caso de las mujeres de Italia que preferirían que hubiera más presencia militar en las calles del país con tal de sentirse más seguras.

Más preocupante es que el 95 por ciento de los espectadores del programa de televisión dominical de la cadena pública Rai "Domenica In" expresaron ayer en un sondeo realizado durante la emisión que la violencia sexual sobre las mujeres se castiga de forma laxa en Italia.