Los ostricultores de la región francesa de Arcachon, primeras víctimas económicas de la llegada de la marea negra del Prestige a las costas de Francia quieren denunciar al Gobierno español por las consecuencias del desastre ecológico, que se ha cobrado ya su primera víctima mortal. Un empleado municipal de Biscarosse (las Landas) que recogía chapapote murió aplastado por un remolque.

Junto con algunos de los alcaldes de los municipios más afectados por el chapapote, los ostricultores llevarán a los tribunales al Estado español para "exigir responsabilidades" por las "deficiencias" en la adopción y aplicación de las medidas necesarias para evitar la catástrofe.

La aparición de los primeros signos de contaminación en el célebre bassin d´Arcachon (una inmensa dársena natural transformada en criadero de ostras) tuvo como consecuencia la prohibición, desde ayer, de la recogida de ostras y todo tipo de moluscos en la zona.

INDEMNIZACIONES

En paro forzoso, los ostricultores, con su portavoz, Michel Druart, a la cabeza, se declararon dispuestos a "exigir responsabilidades" al "máximo nivel". "¡Alguien tiene que pagar!", advirtieron.

Por lo que no descartan poner una denuncia no sólo contra el armador y la petrolera sino también contra el Estado español. Los afectados responsabilizan de la catástrofe a las autoridades españolas de provocar el siniestro al llevar al Prestige a alta mar.

En la reunión de crisis que presidió ayer el prefecto de la región en el puerto de Arcachon se evitó el tema. Los oficiales franceses descartan la posibilidad de una denuncia de Francia contra el Gobierno español. "Políticamente sería un error", señaló el director del puerto de Arcachon, Alain Gautier. Nuestro objetivo dijo, "es hacer un frente común con los españoles para obtener las indemnizaciones".

De los parques de ostras de la dársena de Arcachon salen cada año 12.000 toneladas de moluscos gracias a los cuales viven más de 350 empresas, que dan trabajo a mil personas. No es de extrañar pues, que los ostricultores estén en pie de guerra.

Contrariamente a todas las previsiones dos grandes placas de hidrocarburo mezclado con algas penetraron en la dársena. Dos redes de 40 metros instaladas a la entrada para hacer de barreras resultaron inútiles debido a la fuerte marea y las corrientes que agitan la zona.

El hecho es que la marea negra sigue avanzando por la costa atlántica de Francia y los signos de contaminación se extienden ya por 400 kilómetros de playas. De las Landas hasta la Charente-Marítima, se trata de una contaminación desigual, bolitas, galletas o placas de fuel. Cada vez hay más pájaros muertos.