Es lo que tiene la globalización. Una de las características más relevantes de la crisis actual es que sus males tampoco entienden de fronteras. Ningún territorio ha podido escapar de ellos, lo que ha repercutido muy negativamente en los inmigrantes.

En anteriores debacles económicas, como en la Gran Depresión de 1929 y la crisis del petróleo de 1973, este colectivo pudo capear el temporal desplazándose a "destinos alternativos" porque los males "se hicieron sentir sobre todo en el plano regional". Ahora, "con un mundo más interconectado que nunca", la búsqueda de cualquier El Dorado resulta irremediablemente infructuosa. Es para ellos la peor crisis de la historia, según el último informe la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

AUMENTO DE LOS PRECIOS Este organismo intergubernamental, que cuenta con 127 estados miembros, analiza en el estudio Series de Investigación sobre Inmigración los efectos de la crisis. Y ofrece una visión realmente cruda: la depresión de los años 30, por ejemplo, se produjo al final de "una década de crecimiento económico sustancial y con reducción de la pobreza en las regiones afectadas", pero la de ahora aumenta los precios de los alimentos y las "exportaciones de productos inestables" para los países en desarrollo.

Los territorios de origen , además, deben afrontar el regreso de miles de ciudadanos que se han quedado sin trabajo en los países de acogida y han preferido volver a casa. Pero la falta de empleo no es la única razón del retorno. Según el mismo estudio, los inmigrantes que logran mantener su puesto en una empresa tienen condiciones laborales con salarios más bajos, reducción de beneficios y más horas en el trabajo. En este sentido, y también a modo de ejemplo, las severas restricciones sobre la migración laboral provocadas por la crisis del petróleo de 1973, que continuaron en las décadas siguientes, están detrás del crecimiento de las solicitudes de asilo falsas y en el crecimiento de la inmigración irregular.

MANO DE OBRA NECESARIA Los extranjeros pobres son más vigilados (veánse las últimas polémicas sobre el empadronamiento) y más repudiados (los prejuicios racistas se han multiplicado) que nunca. Sin embargo, avisa la OIM, "la migración es resistente a las crisis financieras" y su papel en la economía mundial es "fundamental", por lo que "será difícil que esta se recupere sin la mano de obra migrante".Por este motivo, el informe recomienda a los gobiernos que no sucumban "a la presión, tanto política como popular", de combatir la crisis con medidas migratorias severas. "Las políticas restrictivas y a corto plazo pueden ser contraproducentes", alerta el organismo.H