Mientras en algunos municipios españoles proliferan en los últimos tiempos actitudes y discursos xenófobos, los datos provisionales del padrón indican que el número de extranjeros prácticamente se ha estancado por primera vez en la última década. La crisis ha provocado un "cambio de ciclo migratorio", en palabras de la nueva secretaria de Estado de Inmigración, Anna Terrón, de forma que los extranjeros ya no acuden a España de forma masiva con la esperanza de encontrar trabajos bien remunerados y además son muchos los que deciden volver a sus países de origen.

Cataluña sigue siendo la comunidad autónoma con mayor número de extranjeros. El 1 de enero residían en esta comunidad 1.193.283 foráneos (un 0,3% más que en el 2009), según los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). La Comunidad de Madrid le va a la zaga, con 1.071.292 inmigrantes (un 0,9% más).

Durante el año pasado, en el conjunto de España la población extranjera creció un 1,1% (60.269 personas). Se trata de un incremento exiguo si se compara con años de llegadas masivas como el 2007 cuando el número de foráneos en el territorio nacional aumentó un 15,5%.

MENOS NO COMUNITARIOS El INE destacó ayer que mientras los extranjeros procedentes de la Unión Europea (UE) se incrementaron en 73.289 personas, los no comunitarios se redujeron en 13.020 personas. Especialmente significativo es el descenso del número de ciudadanos provenientes de Ecuador (26.357 menos) y Bolivia (20.079 menos).

Pese a que estas cifras indican que muchos foráneos han decidido volver a sus países, otros muchos, advierten las oenegés, prefieren quedarse pese a no tener trabajo porque la crisis también azota a sus territorios. De hecho, si se descuenta el número de extranjeros con permiso de residencia o estudios, el saldo arroja una bolsa de 800.000 sin papeles, 200.000 más que el año pasado. Este incremento es el doble del registrado en el 2008.

ESPAÑOLES POR EL MUNDO A ello hay que añadir que los españoles parece que han decidido empezar a buscarse la vida fuera. El número de residentes en el extranjero aumentó en 102.423 personas, hasta alcanzar los 1,57 millones. Seis de cada diez, no obstante, son personas que no han nacido en España.

Todo ello arroja un cómputo de empadronados de 46,9 millones, un 0,4% más que en el 2008. De ellos, un 50,6% son mujeres. Por edades, el grupo más nutrido tiene entre 16 y 44 años.