Zaragoza está en pleno proceso de digestión de la Expo 2008 y, en paralelo, prepara su candidatura a la capitalidad cultural europea del 2016. En ambos casos, se ha cruzado la crisis económica, que está dejando secuelas.

La primera de esas citas zaragozanas fue la Expo, que cerró sus puertas el 14 de septiembre del 2008. Si un aspecto caracterizó toda su preparación fue pensar en cómo reutilizar los espacios tras los fastos. Así, la muestra se inició el 14 de junio del mismo año con casi el 50% del futuro parque empresarial vendido, según fuentes de la organización. Pero la eclosión de la crisis financiera frenó en seco la venta, hasta el punto de que, a día de hoy, poco más de ese 50% se ha vendido.