Miles de mujeres holandesas suspiraban ayer de alivio cuando los dos mayores periódicos del país desvelaron que ellas no tenían ningún amante secreto. Todas habían recibido una carta misteriosa de un viejo conocido que, bajo el encabezamiento de "Hola, cariño", les invitaba a tomar una copa. Muchos maridos empezaban a sospechar de sus mujeres o vieron aumentadas las sospechas que ya albergaban. Más de un matrimonio se tambaleaba, según explicaron ayer varias mujeres afectadas.

El origen del malestar matrimonial, destapado por los diarios De Telegraaf y Algemeen Dagblad , fue una campaña publicitaria de Renault para promocionar el nuevo modelo del Twingo. El fabricante francés envió en las últimas semanas 30.000 cartas dirigidas a mujeres que en el pasado habían comprado un Twingo. Cientos de ellas, tras descubrir la identidad del remitente anónimo de la carta, se quejaron por teléfono en la sede central. Una cincuentena, además, ya ha depositado una queja formal ante la comisión que controla la publicidad en Holanda.

"Hola, cariño. ¿Cómo estás? Hace tiempo que no hablamos. ¿Has estado de vacaciones?", es el inicio de la polémica carta, escrita a mano. El remitente explica que ha estado en París y que vio un Twingo por la calle. "Tú tenías un Twingo, ¿no?", continúa. Llegado este punto, muchas mujeres empezaban a inquietarse, porque si el hombre sabía que había tenido o aún tenía ese coche, debía de ser algún conocido. "¿Cuándo vamos a tomar algo? Me muero por saber cómo estás ahora. Hasta pronto. Con amor, M." concluye la carta, que incluye dos fotos de un Twingo, realizadas en París.

Muchas mujeres, y sus maridos, comprendieron que era una broma. Pero en otras casas se desató una crisis, según se pudo leer ayer en foros de internet. "He tenido que mover cielo y tierra para convencer a mi marido de que no tengo un amante. Me alegro de que haya salido en los periódicos para que él pueda estar seguro ahora", escribió ayer S. Wijnberg. "Una carta escandalosa. Tenía miedo de que alguien me estuviera acosando. Voy a vender a mi Twingo", dijo Coby Meeuwisse.

En el Algemeen Dagblad , la azafata Barbarella Commandeur, de 35 años, explicó que debido a su profesión conoce a mucha gente y que se preguntaba quién podría ser el remitente. En el sobre solo salía el código postal, que era precisamente de la zona de Schiphol, el aeropuerto de Amsterdam. Ella y su marido fueron en coche a la zona del código postal y se toparon con las oficinas centrales de Renault.

A la compañía no le quedaba ayer otro remedio que ofrecer sus disculpas públicas y envió 30.000 cartas de disculpas. Pero a la vez logró su objetivo: aún más publicidad.