No es más que un dato aséptico, pero sirve para ilustrar la penetración de los analgésicos opioides en la sanidad estadounidense. Solo en el 2015, se vendieron más de 326 millones de pastillas en Oklahoma, un estado de cuatro millones de habitantes, el equivalente a 110 pastillas para cada uno de sus adultos. Los costes de ese tsunami de narcóticos, que ha dejado un reguero de adicción y muerte en todo el país, habían recaído hasta ahora casi exclusivamente en los pacientes y los municipios más golpeados por la epidemia. Un desequilibrio que está empezando a cambiar. Un juez de Oklahoma ha impuesto a Johnson & Johnson una multa de 574 millones de dólares (unos 515 millones de euros) por propulsar la crisis de los opioides en el estado.

En la sentencia se esgrime que la multinacional estadounidense y sus subsidiarias se dedicaron a minimizar con agresivas campañas promocionales los riesgos de adicción de los opioides al tiempo que alertaban de la prevalencia del dolor no tratado. La compañía inundó el estado de visitadores médicos recompensados con jugosos incentivos para convencer a los galenos de que era necesario aumentar la prescripción para solucionar el problema. Y dio prioridad a los profesionales más tendentes a recetarlos, untándolos a menudo con pequeños regalos y prebendas. «El aumento de la adicción a los opioides y las muertes por sobredosis no fue una coincidencia, corrió en paralelo al aumento de las ventas», escribe el juez Thad Balkman en el fallo.

El magistrado ha fundamentado su veredicto sobre el «perjuicio público» que causaron las acciones de la compañía. Más de 6.000 personas han muerto por sobredosis de fármacos derivados del opio en Oklahoma desde el 2000. «La crisis de opioides ha asolado el estado y debe ser aplacada inmediatamente», añadió el juez. Su sentencia tiene una enorme trascendencia porque es la primera vez que un tribunal estatal responsabiliza a las farmacéuticas de la crisis que ha hecho estragos en el país desde mediados de la década de los 90. Y es solo el principio de una ofensiva judicial que los expertos han comparado con la que enfrentaron en su día las tabacaleras. 48 estados y casi 2.000 municipios, condados y tribus indias han demandado a una larga lista de fabricantes de opioides, distribuidoras y cadenas de farmacias.

Oklahoma llevó también a los tribunales a Purdue Pharma y la israelí Teva, pero ambos casos acabaron cerrándose con acuerdos extrajudiciales. A cambio del pago de 270 millones de dólares y 85 millones respectivamente, ni una ni otra tuvieron que reconocer responsabilidad alguna.