Los indicadores que evidencian el empobrecimiento que la crisis económica está teniendo sobre el colectivo inmigrante se multiplican. El último lo ha proporcionado el Banco de España, que señala que, en enero, las remesas de los inmigrantes, es decir, el dinero que estos envían a sus países, crecieron solo el 5,3%. ¿Por qué es preocupante si el porcentaje crece? Porque se trata del aumento más bajo registrado en los últimos 18 años en el envío de remesas. Y también porque supone un frenazo brusco en un indicador que crecía a ritmo de récord.

Concretamente, este enero, los inmigrantes enviaron a sus países 667 millones de euros, 34 millones de euros más que en enero del año anterior. Sin embargo, ese 5,3% de crecimiento es cuatro veces inferior al incremento que se produjo entre enero del 2006 y enero del 2007, y siete veces menor respecto a la subida del 2005.

Así, en enero del 2007, el montante de las remesas fue un 20% superior al registrado en enero del 2006. Ese mes, a su vez, los envíos monetarios aumentaron el 38% respecto al dinero remitido por los inmigrantes a sus familiares en enero del 2005.

Desde que en 1990 empezaron a contabilizarse, las remesas de los extranjeros han crecido sin parar. De hecho, si en el 2002 el total de las remesas no pasaban de los 2.844 millones, cinco años después, en el 2007, ya alcanzaron los 8.135 millones. Esa cifra convirtió a España en el tercer país del mundo en lo que respecta a emisión de remesas.

Sin embargo, el aumento del paro y la subida de las cuotas de las hipotecas y de los precios de los productos básicos de consumo está mermando la capacidad económica de muchos extranjeros, que cada vez tienen más dificultades para enviar dinero a sus familias en sus países de origen. "Antes yo enviaba entre 200 y 300 euros mensuales a mi familia. Pero hace tres meses que ya no puedo mandar nada", reconoce Célida, una inmigrante ecuatoriana que reside en L´Hospitalet y trabaja en una panadería. "Me duele mucho no hacerles llegar ese dinero, porque sé que ellos lo necesitan, pero ahora me es totalmente imposible. En España todo es mucho más caro y con mi sueldo en la panadería no puedo hacer frente a todo", comenta resignada.

NO TIENE SENTIDO Su ejemplo ilustra la dinámica seguida por muchos extranjeros que han reducido el envío de remesas después de conseguir, gracias a la reagrupación, que su núcleo familiar más cercano viva en España. "Para muchos inmigrantes, ahora que tienen a su cónyuge e hijos aquí, enviar dinero al país de origen ya no tiene mucho sentido. Esa es una de las razones por las que el total de remesas ha registrado un frenazo", explica Ghassán Saliba, secretario de Inmigración de CCOO.

Otro indicador de las dificultades que está pasando la población inmigrante es el desplome de las compras de vehículos usados. Entre enero y marzo, compraron unos 26.000 vehículos, lo que significa el 40% menos de coches que en ese mismo periodo del año anterior. Así, mientras en diciembre de 2007 concentraba el 14% del mercado, esta proporción se ha reducido al 8% en el primer trimestre.