Como concurso de ganaderías se anunciaba la novillada matinal de Olivenza, que como tal defraudó aunque se lidió un novillo, con el hierro de Alejandro Talavante, que, con el defecto de aburrirse al final, derrochó clase a raudales. En cuanto a los toreros, reseñar el poso y la madurez de Juanito, y las ganas de Carlos Domínguez, los dos formados en la Escuela Taurina de Badajoz, debutando ayer Domínguez con los del castoreño.

No fue fácil el lote del portugués Juanito, pero ya muy puesto, solventó la papeleta y lo hizo con cierta brillantez. Su primero, de Carriquirri, fue un novillo de encaste Núñez, muy reservón y complicado, que se acordaba de lo que dejaba atrás, al que consintió y con paciencia, puesto en el sitio en el que los astados se desengañan, logró hacerle tomar el engaño. Faena meritoria.

En cuarto, de el Freixo, se movió en la muleta pero lo hacía a su aire, soltaba la cara. Firme otra vez el torero, le dejaba la muleta puesta en la cara y consiguió ligar las tandas en redondo. Voltereta muy fea al entrar a matar, sin consecuencias, y dos orejas.

A Carlos Domínguez se le notó la bisoñez pero también las ganas. Sorteó ese novillo de Talavante, con el que no era fácil estar a su altura. Faena larga, firme aunque un punto desilvanada, malograda con la espada.

El sexto, de Vistalegre, se movió sin humillar. Trasteo también largo, por ambos pitones, al final en terreno de cercanías. Estocada en la que se quedó en la cara y voltereta también sin consecuencias, fue premiado con dos orejas.

Completaba la terna el mexicano Diego San Román. Torero de buen porte y finas maneras. A su primero, de San Pelayo, le hizo una faena de mérito sobre la base del valor y el temple. Metido en su terreno, consiguió hacerle ir hacia delante.

De José Luis Iniesta el quinto, fue un astado desclasado en la muleta. Soltaba la cara pero el novillero no le dudó. En terreno de cercanías al final, aquello era un pozo sin agua.