José Bretón deberá cumplir la pena máxima por haber asesinado a sus dos hijos a sangre fría en la hoguera de su finca de Las Quemadillas, en Córdoba, hace ya casi dos años. En la sentencia dada a conocer ayer, la Audiencia de Córdoba le condena a 40 años de cárcel por doble asesinato con agravante de parentesco y alevosía, así como a una multa por haber simulado un delito para intentar encubrir la desaparición de Ruth, de 6 años, y José, de dos.

La sentencia llega apenas una semana después de que el jurado popular, en un veredicto "notablemente motivado", dictaminara que Bretón era el culpable de la desaparición de los niños. Según la estimación del juez, una culpabilidad determinada no solo por los restos óseos hallados en la finca, sino también por otras abundantes pruebas de cargo como son los testimonios del entorno más cercano al acusado y las abrumadoras pruebas periciales vistas en la sesión oral. No obstante, el fallo, de 22 páginas, reconoce que se trata de pruebas "indiciarias" y no directas, aunque repasa una extensa jurisprudencia que hace valer este tipo de pruebas para determinar la condena. Trata así de atajar uno de los posibles argumentos de la defensa a la hora de plantear su recurso.

LO MAS SENSIBLE El presidente de la Sección Tercera, Pedro Vela, asevera que "puede inferirse racionalmente" que Bretón no soportó que su exesposa, Ruth Ortiz, le abandonara, y dado su carácter vengativo y rencoroso, "documentado médicamente", decidió hacerle daño en lo más sensible: los niños.

En este punto, el fallo hace hincapié en que la intención de Bretón fue "despiadada", ya que no solo le arrebató a sus hijos, sino que "intentó multiplicar el daño" al hacer desaparecer totalmente a los niños en una hoguera, "por lo que a la madre le quedaría toda la vida la incertidumbre de lo que había pasado".

Este afán de venganza infinito queda reflejado también en la condena. Bretón deberá indemnizar con 500.000 euros a su exmujer por el daño moral causado, además de que se le impone la prohibición de acercarse a menos de un kilómetro tanto a Ruth Ortiz como a la familia de ésta durante 21 años a partir de su salida de prisión.

COMO LO HIZO Un aspecto llamativo de la sentencia es el pronunciamiento sobre la manera en que murieron los niños, algo que no pudo ser probado durante el juicio con total certeza. El juez estima: "No podemos saber cuál fue el mecanismo concreto de la muerte (intoxicación medicamentosa o calcinación) pero sí podemos afirmar con rotundidad que fue una muerte violenta y homicida". El juez infiere, no obstante, que Bretón pudo mostrar "un mínimo de humanidad en su aberrante conducta", y que para ello usó las pastillas tranquilizantes que le recetó un psiquiatra. "Sería completamente inconcebible que arrojara a los niños a la hoguera sin que estuvieran completamente dormidos o ya fallecidos".

Respecto a los problemas con la identificación de los restos óseos hallados a los dos días de la desaparición en la hoguera de Las Quemadillas, el magistrado concluye que una docena de reputados peritos y expertos han concluido que se trata de restos humanos. Incluso la agente de la policía científica que erró inicialmente al confundirlos con animales, "pese a sus reticencias irrelevantes acabó reconociendo paladinamente" su error.

Aunque entiende que a la espera de los recursos no se le pueden dar los huesos a su madre para que los entierre, el juez señala que si los restos fueron extraídos de una hoguera en su finca, corresponden a dos cuerpos con tejidos blandos y no meros huesos, son identificados como de dos menores de 6 y 2 años, y se ha podido probar que los niños no salieron de la finca la tarde del 8 de octubre de 2011, "la única conclusión verosímil es que pertenecen a los hijos del acusado".