Con un poco menos de gente por la calle y entre la indignación, la confusión y la resignación de los comerciantes y los vecinos han amanecido este lunes las 37 áreas sanitarias de la Comunidad de Madrid, de seis distritos de la capital y de otros siete municipios, el primer día de restricciones destinadas a frenar el virus en los barrios más azotados por la pandemia.

Apenas cuatro coches de policía intentaban este lunes, desde primera hora, parar a todos los conductores a la entrada y salida de una de estas áreas, en Puente de Vallecas, sin mucho éxito, dado que bastantes vehículos se les escapaban, mientras que los viandantes podían cruzar de un lado a otro de la zona sin restricciones sin que nadie les preguntara nada.

La Comunidad de Madrid ha puesto a disposición de los vecinos un formulario con el que justificar sus movimientos por motivos laborales pero para el resto de salidas permitidas, como ir al médico, a los centros educativos o al banco no hay un salvoconducto oficial, bastaba este lunes con explicar el motivo a la policía, si es que se es objeto de algún control.

CONTROLES ALEATORIOS Y DISUASORIOS

Y es que el Gobierno regional reconoció el sábado que, como el cierre perimetral de zonas tan amplias e intercomunicadas con el resto de barrios es muy difícil, simplemente se harán 60 controles aleatorios y disuasorios, en los que participarán 200 agentes. Además, hasta el miércoles no habrá sanciones y los escasos checkpoint son de carácter informativo.

De hecho, salvo los controles situados este lunes en las inmediaciones del metro de Puente de Vallecas, en el resto de barrio apenas se divisaba policía y las calles estaban un poco más vacías que un día normal, según los comerciantes y vecinos, pero lejos de las imágenes de las calles desiertas que se registraban durante la primera etapa del Estado de Alarma. De hecho, los movimientos salvo por motivos esenciales están permitidos en el interior de las 37 áreas, donde los gimnasios, bares o casinos están abiertos, pero no los parques y jardines.

ALTA AFLUENCIA EN LOS TRANSPORTES

Al lado de los controles policiales, por ejemplo, varias personas, con y sin mascarilla, hacían deporte en un gimnasio Basic Fit. Pocos metros más allá, seis jóvenes, el número máximo permitido para las reuniones sociales a partir de este lunes en toda la Comunidad de Madrid, compartían una mesa minúscula, también sin tapabocas, en una cafetería donde el resto de las mesas estaban vacías. Y en las inmediaciones, las paradas de metro y autobús, que permiten salir y entrar de las áreas restringidas, presentaban un alto volumen de afluencia, pese a que se ha incrementado la frecuencia.

Y el resto de áreas confinadas, la situación era similar. En este contexto, muchos comerciantes temen que las medidas no sirvan para frenar el virus pero sí para acabar con sus mermados ingresos debido a la pandemia. A lo mejor me equivoco pero creo que estos 15 días serán como los dos meses en los que estuvimos cerrados, hoy no sabía si abrir o no, porque si no abro, al menos me ahorro el coste de la luz, señalaba con enfado el dueño de la tienda de moda de caballeros Baz.

Y, entre los vecinos, hay opiniones para todos los gustos. Algunos consideran que es lógico que se restrinjan los movimientos, porque mucha gente no cumple con las medidas sanitarias. Otros comparten este diagnóstico, pero les parece injusto que se hayan elegido unos barrios sí y otros no, y casualmente los elegidos donde se registran 1.000 contagios por cada 100.000 habitantes- sean los más empobrecidos. Mientras que la mayoría opina que son más necesarios los refuerzos en la sanidad y transportes, que las medidas restrictivas y difíciles de hacer cumplir.