TEtl 4 de noviembre votaron los americanos al que será su 44 presidente para los próximos 4 años y han elegido a un señor que acaba de cumplir los 46. Como en todas partes hay aguafiestas, ya hay quien dice de él lo que decían de Belmonte , que el que quiera verlo torear que se dé prisa porque le quedan 4 días. Por fortuna, los agoreros son 4 gatos; el resto del mundo se alegra con el cambio y ha lanzado a los 4 vientos un soplo de alivio y esperanza. No sabría cómo expresarlo sin parecer un cascarrabias, pero, aunque también yo soy de los que se alegran, lo hago con moderación. Quiero decir que me alegro más de la marcha de Bush que de la llegada de Obama . Por muy negro que sea, no puedo entregarme sin reservas a un hombre de misa semanal y de oratoria de suplemento de domingo. Ayer mismo lo decía Juan José Millás : "las elecciones se pueden ganar diciendo bobadas de predicador, de catequista, pero para cambiar el mundo hace falta un motor de 4 tiempos". Y eso es justamente lo que ha prometido este hombre, cambiar el mundo, y eso es justamente lo que todos esperamos de él, que arregle con sentido común el desaguisado que Bush ha organizado por ignorancia y avaricia. Un tipo curioso este Bush. Ha dejado el patio como una pizza de 4 quesos. El hombre más poderoso del planeta y tras ocho años de presidencia en lo único que ha conseguido ponernos a todos de acuerdo es en que no sirve ni para ir a Mira quién baila . Como el rey de aquel cuento de Saramago que padecía hambre de desierto, no ha parado hasta convertir el horizonte en un erial. Pero un par de cosas al menos nos ha hecho ver claras, los peligros de dejar en manos de 4 mangantes los mecanismos de una democracia y que, con dinero, hasta un asno puede convertirse en el rey de la selva.