Cuba, país famoso en el mundo entero por sus tabacos, dejará de ser el paraíso de los fumadores a partir del próximo 7 de febrero. Una nueva norma prohibirá fumar en lugares cerrados. La campaña incluirá la eliminación de las máquinas expendedoras de cajetillas en el país, aunque estos productos seguirán siendo distribuidos por la libreta de abastecimiento.

"Teniendo en cuenta el daño para la salud del consumo de cigarros y tabacos, y con el objetivo de contribuir al logro de cambios de actitudes en nuestra población", se ha decidido limitar estos productos, indica en una resolución el Ministerio de Comercio Interior.

A partir de ahora ya no será posible ver una película e incluso una obra de teatro fumando, si bien es cierto que quienes hacían esto recibían abucheos. Siempre había algún fumador en autobuses y taxis, podían ser hasta los mismos conductores, por no hablar del aeropuerto. Allí, después de horas de abstinencia, los viajeros desesperados lo primero que hacían tras dejar el avión era encender el pitillo en pasillos y salas de inmigración, junto con algunos trabajadores.

Negocio amenazado

Esto supondrá un giro de 180 grados en la isla caribeña, famosa en todo el mundo por la calidad de las hojas y labores de sus tabacos, que llegan a los rincones más remotos del planeta con el sinónimo de habanos, tomando el nombre de la capital, La Habana. El primer exportador de tabaco fue Cristóbal Colón, que hace más de 500 años lo llevó a Europa. Ahora, la venta en el extranjero de este producto de lujo deja a la isla anualmente 200 millones de dólares (154,3 millones de euros).

El negocio incluye humidificadores para mantener los cigarros en buen estado. Los principales hoteles del país tienen salones exclusivos para fumadores de puros. Cuba celebra cada año el Festival del Habano, cita obligada de expertos y sibaritas del puro, ya sean hombres o mujeres, la mayoría con buenas cuentas bancarias y yates amarrados en los puertos deportivos.

Pero ahora Cuba se unirá a la tendencia mundial de ponerle trabas al consumo de tabaco. La nota ministerial indica que para "lograr un movimiento de respeto al derecho del no fumador", no se podrá fumar en locales cerrados, teatros, cines, buses, taxis, cafés y restaurantes. La norma se extiende a todo el personal de los sectores de la salud y la educación.

Los menores de 16 años ya no podrán comprar cigarros y sólo podrán venderlos las tiendas situadas a más de 100 metros de los centros educativos. Las estadísticas indican que cuatro de cada 10 cubanos fuman, y anualmente 15.000 cubanos fallecen por cáncer.