Los cadáveres de los cuatro trabajadores que murieron ayer, al caerles una tolva de hormigón en la construcción de la presa de Castrovido (Burgos) y quedar sepultados bajo 20 toneladas de hormigón, han sido rescatados e identificados, han informado hoy fuentes del equipo de rescate.

Los hechos ocurrieron a las 16,45 horas de ayer y el equipo de rescate, integrado por bomberos del Ayuntamiento y la Diputación de Burgos, tardó más de seis horas en poder rescatar los cuerpos de los cuatro operarios, que fueron desenterrados poco antes de las 22,00 horas.

Los cuatro empleados fallecidos pertenecían a la empresa de Fomento Construcciones y Contratas, adjudicataria de la construcción de la presa, y eran una topógrafa de Valencia, Noelia R., y tres encofradores procedentes de Extremadura: Mariano Rodriguez Chaparro y Lorenzo Tomé Amores, ambos de 46 años y de Ceclavín (Cáceres), y Angel R., de la pedanía Valdecín, municipio de Torrejoncillo (Cáceres).

Los cuerpos sin vida de los cuatro operarios han sido trasladados al Instituto de Medicina Legal de Burgos.

La subdelegación del Gobierno en Burgos ha alojado a sus familias en un hotel de la capital burgalesa y la Junta de Castilla y León ha puesto a su servicio los psicólogos del servicio de Emergencias.

El Ayuntamiento de Salas de los Infantes, el municipio más próximo a la presa de Castrovido, celebrará hoy un pleno en el que, según ha informado a Efe la alcaldesa, Marta Arroyo, se declararán dos días de luto por este trágico suceso que ha conmocionado a todos los vecinos.

En el accidente, que se produjo al desprenderse una cubeta de hormigón de grandes dimensiones, resultaron también heridos graves E.C.C de 35 años y J.M.G.U. de 28.

Ambos presentan politraumatismos y fuentes de la Junta de Castilla y León han anunciado que a lo largo de la mañana facilitarán un parte médico indicando su estado actual.