La patronal se ha sumado de lleno al mensaje lanzado por el Gobierno tras la regularización de inmigrantes. El presidente de la CEOE, José María Cuevas, advirtió ayer a sus afiliados de que, una vez cerrado el proceso, "ahora ya no hay ninguna justificación" para emplear a extranjeros de forma irregular.

"Los números parecen ciertamente importantes. Nosotros estimábamos que habría una integración de unos 500.000 trabajadores, pero parece ser que se ha superado" señaló el dirigente, que dio por cerrada la etapa en la que "se necesitaban trabajadores y era muy difícil obtenerlos de forma legal".

El fin del proceso extraordinario podría contribuir a regularizar también el clima político en el terreno de la inmigración. La secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí, anunció ayer que la próxima semana iniciará una ronda de conversaciones dirigidas a configurar el pacto de Estado de inmigración anunciado en el discurso de investidura del presidente del Gobierno.

Rumí se mostró esperanzada en que el acuerdo pueda incluir al PP ya que, recordó, en el debate sobre el reglamento de extranjería sólo se opuso a la regularización. En el resto de puntos apenas hubo discrepancias. El objetivo del pacto es "alejar la inmigración de la confrontación política para luchar juntos contra el racismo y xenofobia", dijo.

La tarea de cimentar un pacto de Estado no será fácil. El PP aprovecha cualquier foro para cargar cada día contra la regularización y ayer encontró, además, un aliado entusiasta en el presidente del grupo parlamentario de CiU, Josep Antoni Duran.