TYto, antes de la crisis, era, como todo el mundo, un hombre normal, es decir, un hombre descreído. Ni creía en el lobo ni creía en el hombre del saco. Ahora, como todo el mundo, tengo mis dudas. Tan extraordinarias son las cosas que ha visto uno últimamente que ya creo hasta en la Santa Teoría de la Conspiración. No llego a creer, como algunos, que a Franco le extrajeron el cerebro y lo tienen desde entonces conectado a un ordenador, dirigiendo el país en la sombra. Para qué, si Franco nunca dirigió España con el cerebro. Soy más bien de los que creen que nos echan algo en el agua. Algún tipo de sustancia que nos narcotiza la voluntad y nos borra la memoria. Una mano negra muy por encima del propio gobierno de Zapatero . A él mismo es evidente que le han hecho beber de esta agua. Eso explica que un día diga que no habrá despidos más baratos ni más fáciles ni más libres y al día siguiente firme un documento que dice justo lo contrario. Lo olvidó todo. Pero lo malo es que nosotros también olvidamos. Fíjese usted que, el mismo año en que se ayuda a los bancos, el Santander presenta unos beneficios de 9.000 millones de euros, y nosotros tan frescos. Nos reducen los salarios, y sonreímos como bobos. Abaratan el despido, y como si oyéramos llover. Acortan los logros sociales, y como si nada. Pagan con nuestro dinero los desmanes de los especuladores y le echamos la culpa a la izquierda, como si con la derecha no fuera la cosa. Nos ponen el culo al rojo vivo y lo que nos preocupa es la Roja. La culpa va a ser del agua. Ahora bien, me mosquea que Zapatero aprovechase el estreno de España en el mundial para dar la noticia de sus reformas. Como en los sesenta. Me hace pensar si no estaré subestimando la teoría del cerebro electrónico de Franco.