En solo un cuarto de siglo, el sida ha derivado de los primeros cinco casos descubiertos en 1981 a una epidemia con casi 40 millones de infectados, 25 millones de muertos y países enteros devastados. Según los organizadores de la Conferencia Internacional sobre el Sida que hoy comienza en Toronto, el crecimiento de la pandemia hasta estas alarmantes cifras es el resultado de fracasos políticos de proporciones épicas.

"Los líderes mundiales, paralizados por sus propios prejuicios e indiferencia, han fallado en sus oportunidades para actuar de forma decisiva con los recursos y compromisos que demanda esta crisis", afirman. Por eso, exigirán responsabilidades y reclamarán a los gobiernos que cumplan con lo prometido en septiembre pasado durante la Cumbre Mundial de Naciones Unidas, donde se comprometieron a aportar 10.000 millones de dólares al año para el acceso universal de todos los enfermos a la prevención, el diagnóstico, el seguimiento médico y las medicinas.

Según estimaciones de la ONU, harán falta unos 23.000 millones de dólares anuales para llegar a ese objetivo en el 2010. De seguir como hasta ahora, fracasará como lo ha hecho la iniciativa de Onusida "Tres millones para el 2005", que pretendía dispensar tratamiento a tres millones de infectados en los países pobres (solo ha llegado a 1,6).

Esta 16 conferencia internacional reunirá a 20.000 especialistas, investigadores, políticos y miembros de oenegés para compartir las lecciones aprendidas desde que, hace 25 años, se detectó por primera vez el virus. También se mostrarán los últimos éxitos que han permitido estabilizar la epidemia, así como los desafíos en las regiones más afectadas (Africa, Caribe, Asia, Europa del Este) y entre los más vulnerables: mujeres, homosexuales, consumidores de drogas intravenosas, profesionales del sexo, refugiados y presos.

La cita marca también el 10º aniversario del descubrimiento del tratamiento con antirretrovirales y organizará, hasta el viernes, más de 400 reuniones sobre avances científicos y políticas públicas para frenar la epidemia. Hasta allí acudirán Bill y Melinda Gates, cuya fundación donará 500 millones de dólares para el Fondo Global de lucha contra el sida.